No me sentia bien, para nada bien.
Primero mi brazo me dolia enormemente, segundo sentia como si mi cabeza fuese a explotar o simplemente se desinflase, estaba mareada y aunque dolia admitirlo, mi tobillo tambien dolia.
Dios! sabia que siempre habia odiado el hacer ejercicio, pero claro, yo muy inteligente que soy decidi que era buena idea practicar sola, eso de vida nueva nuevo comienzo, por desgracia al parecer eso no implicaba que yo fuese a ser mas... menos torpe o tener mas coordinacion... al parecer no.
El caso es que a duras penas llegue a la enfermeria, mi lugar preferido en el mundo junto con los hospitales, pensé ironica mientras dificilmente me sentaba en una silla que encontre por ahi.