Hoy al Anochecer

Era tarde y el amparo de la noche traía nueva paz a mi mente, toda la paz que podía tener mi alma torturada...
Dejé mis materiales de trabajo a un lado y suspiré. Era agotador, agotador revivir mi antiguo yo sin dejarlo volver a la vida por completo... como seguir en la aliviante oscuridad si tenía que asomar a la ventana en cada momento, nunca me había tocado una misión tan larga... Nunca me había tocado convivir con tantos sentimientos...
Tampoco nunca me había tocado destruir a alguien como Alexia, tan hermosa, tan pura...
Suspiré abatido, temblando levemente mientras intentaba controlar al maldito alto elfo que vivia en mi interior, a aquel maldito que insistia en tener sentimientos...
Yo no era así.





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Lamento q sea corto, llevo un buen tiempo sin rolear nada largo, creo q con el tiempo ya me acostumbro^^

Merodeando de nuevo como el fantasma ambulante del colegio... ¿porque? me lo preguntaba una y otra vez en mi fuero interno a merced de un silencio nocturno donde el unico ruido es el de mis pasos; todo parecia dormido dentro de la gran cabaña, excepto yo, pero no era tan entrada la noche, eso lo decia mi reloj, todavia quedaban un par de estudiantes en la biblioteca y algunos mas en el comedor, quizas en los otros sotanos y en los pasillos contiguos los profesores dando sus ultimas rondas del dia.

Pronto me encontre con un alumno de primero que me dio un mensaje que le habia dado la directora para que se lo entregara al nuevo profesor de pociones, no tenia ganas de ir hasta el despacho de el nuevo profesor, no era divertido conocer profesores antes de k dieran su primera clase, pero la cara del pequeño niño me obligo a no negarme. Tome el mensaje y me dirigi hasta el despacho que debi ocupar el profesor de pociones... a todo esto... ¿desde cuando teniamos profesor de pociones? ni idea.

Parada delante de la puerta de madera suspire sin saber porque me estaba poniendo nerviosa y mis piernas empezaban a temblarme impidiendome dar media vuelta y salir corriendo a buscar a alguien mas que entregara en maldito mensaje sin mencionar que sentia como mi cara se ponia roja poco a poco. Titubee al llamar a la puerta un par de veces y luego agache la mirada, de pronto el suelo tenia unas grietas muy interesantes en las que nunca me habia fijado.

Me disponía ya a largarme al bosque para dar el primer informe de la misión cuando sonó la puerta, suspiré envolviendome en mi mascara a la vez que embozaba una pacífica sonrisa.
Abrí la puerta en un gesto parcimonioso... Pero al ver a la persona que estaba al otro lado mi sorpresa fue verídica...
Sonreí como si me esperara eso y fuera una grata sorpresa..

-Alexia... Que gusto volver a verte- dije con voz suave y melódica mientras me hacía a un lado.
-¿Pasas?- pregunté acogedoramente y tambien para mi sorpresa, sintiendo que de verdad quería pasar un buen tiempo con ella... Maldito alto elfo..

Al reconocer aquella voz pura, pacifica y serena alcé la vista mas asombrada de lo que yo misma quería reconocer. el corazón me dio un vuelco cuando vi al elfo kouran del otro lado de la puerta, sonriendome y mirandome con esos ojos suyos que me inspiraban confianza y tranquilidad.

Le devolvi la sonrisa, no se porque pero me alegraba mucho verle de nuevo, y todavía sentia una gran gratitud hacia él.
Lo vi apartarse de la puerta e invitarme a pasar a su... ¿despacho? era verdad, apenas recordaba a que habia venido, entre y que quedé parada a lado de la puerta.

-También me alegra verlo-dije con sinceridad-¿profesor?-le extendi el rollo de pergamino-solo me han enviado a entregarle esto y... em... no se si sea prudente que me quede.

Estaba nerviosa y no podia apartar la mirada de su rostro, parecia un sueño y en todo caso de que fuera real tenia muchas preguntas, pero a la vez mis ideas tenian que ser ordenadas antes de cuestionarlas.

Completamente ya inmerso en mi papel apoyé la mano en el hombro de alexia y la abrace.
-Pareces mucho mejor, eso representa una inmensa alegría para mi- le dije en tono calido y aunque jamás lo admitiría, una parte de mi hablaba con sinceridad.
-¿Porque no quedarte? Podríamos charlar un poco, siempre es agradable hablar con alguien simpatico y más si es conocido... Además estaría muy agradecido de que me explicaras algunas cosas de la escuela, me parece no haber llegado en buen momento... y mis colegas no han sido muy calidos en su bienvenida, en especial el profesor de Artes oscuras- dije riendo apenado. Verdaderamente los profesores, más experimentados desconfiaban de mi por ser elfo, pero era cosa de tiempo nada más que me los ganara.
Me paré frente a alexia mirandola con ojos brillosos.
-¿Y bien? ¿Te quedaras un momento?- inquirí con los llenos de expectación y aparentemente más emocionado que un niño en navidad...

Su abrazo me tomó por sorpresa, sentí las orejas arder y el calor del ambiente aumentar notablemente; dubitativamente le devolví el abrazo aún desconcertada.
-Si, estoy mejor, gracias... lamento que haya tenido que verme en aquel estado tan... lamentable, pero eso ya pertenece al pasado, algo que de verdad quisiera no recordar- le dije esperando que no sonara como una suplica, si no de la forma mas natural posible, no queria recordar aquellos momentos, indagar en mi pasado aún me dolía un poco.
Oculté mis emociones riéndome de sus comentarios, él que me causo verdadera gracia fue aquel sobre Kosroes, tenía que haber sido él, si no hubiera hecho algo digno de mención sería como si alguien olvidara colocarle la cereza al helado.
No tenía nada que perder, tampoco estaría mal así que podría quedarme un poco mas, su compañía era reconfortante.
-De acuerdo... supongo que me puedo quedar un rato, falta aún para el toque de queda... por cierto, no se preocupe del profesor Kosroes, así es el... desconfía hasta de su propia sombra, pero de todas formas es agradable cuando se le conoce.

Mis ojos recorrian el lugar mientras pensaba en como conseguir algun tipo de informacion valiosa, mis ademanes eran amenos y sonrientes en todo momento, y la presencia de Alexia seguía siendo la misma...
En ese momento decidí que hoy no me dedicaría a conseguir información, simplemente me haría amigo de ella y tomaría confianza, pensé enseguida que ello era en bien de la misión, pero por más que me repetía esa escusa a mimismo dentro de mi mente una y otra vez, sabía que en el fondo... La razon era simplemente que no podía estar cerca de ella sabiendo que tenía intenciones maliciosas. Simplemente me era imposible mirar esos cristalinos ojos azules y saber que estoy planeando algo en contra de su dueña...
Simplemente me era imposible, me era imposible y esa imposibilidad me hacía sentir deseos de retirarme de la misión, en lugar de eso... Hice lo más estupido que podía hacer, me deje llevar por el alto elfo que aun vivia en mi interior, que aun estaba allí haciendome tortuosa la vida que llevaba ahora, que aun estaba allí porque Morathii lo había dejado vivo a causa de que yo así era más util...
Que aun estaba allí y me hacía comenzar a sentir cosas por la chica que estaba delante suyo, sentimiento que deberian estar muertos y enterrados hace siglos, sentimientos que sólo atraerian su absoluta destruccion, de la cual, con esfuerzo había logrado escapar.

Aun así, aunque fuera a ser destruido... Hace tanto que no sentía de esa manera, al morir ELLA, había sentido que sus sentimientos y el mismo habian descanzado en su lecho de muerte... En esos momentos, parecían haber vuelto de la muerte, para hacerlo sentir, sentir, sufrir...y amar...

Volviendo a la realidad fue a sentarse frente a su escritorio mientras le indicaba con una sonrisa a Alex que se sentara al frente.
-Jajajaj de verdad espero poder llevarme bien a futuro con el, tiene una bonita alma... y un gran sentido de la justicia, son dos cosas que se deben apreciar de un amigo... ¿Tu tienes amigos con esas cualidades Alex?- preguntó mientras embozaba una sonrisa cariñosa, sin desviar en ningun momento la atención de Alex... Como si ella fuese su luz en una sempiterna oscuridad, oscuridad que había llenado su vida...hasta alex.

Me quedé parada en el mismo lugar observando al elfo en un extraño trance, y como si me sintiera una intrusa desvié la mirada hacia un lado reparando en los detalles que adornaban su despacho que había dejado de ser por completo el despacho del antiguo profesor de pociones y cada cosa que identificaba la estancia tenía esas características que describían las sensaciones que el elfo me provocaba cuando lo tenía cerca.
Él me parecía un ser tan puro y noble, nunca antes había visto uno ni lo había imaginado, incluso en nuestro mundo el se me antojaba como salido de un cuento de hadas, quizás algo en él también me hacía sentir que estaba cerca de Lud, Ludwig Von Weillschmidt y esa sensación me agradaba pese a que era capaz de hacerme sufrir si me aferraba a ella.
Sonreí de forma inconsciente sumida en mis pensamientos.

De pronto, su risa plateada me volvió de golpe a la realidad, me volvía hacia él distraída y sentí como si apenas me diera cuenta de su presencia. Asentí afirmativamente a lo que pudiera ser un ofrecimiento a sentarme.
Sonreí tímidamente al profesor.
-Bueno, el profesor Kosroes no es alguien con quien uno se pueda llevar bien… o casi nadie, pero en general es una gran persona… -dije dubitativa y luego agregué en voz baja- la mejor que he conocido, sin duda. No se si tengo amigos con dichas cualidades, a veces uno confía ciegamente en quien tiene delante, yo no confío en nadie, aunque sonría bonito y hable como musa… -le aclaré con seriedad y por último sonreí- Pero en si tengo que contar a un amigo, ese es Kosroes; y usted ha dejado buenos amigos en sus tierras?

Sus palabras eran tristes a pesar de su verdad, calaban en mi corazón como dagas congeladas, sabía que con esa forma de pensar ella sufriría menos, sabía que tendría que dejarla en paz, y que siguiera con su vida... Despues de todo, a pesar de tener vidas tan cortas, de alguna manera los seres humanos siempre sabían encontrar la felicidad antes de morir....
... Tan admirables... Tan repudiables...

Aun así, mi misión consistía justamente en hacerla cambiar ese punto, hacerla vulnerable para así poder destruirla más completamente, eso era lo que quería madre.
Si, tenía que hacer eso e ignorar nuevamente el dolor que comenzaba a quemar en mi pecho, a pesar de que fuera más intenso que nunca y que sintiera que con cada palabra teñida de engaño destruía cada vez más mi alma ya hecha jirones.
Sonreí con cortesía a la pequeña, acariciando dulcemente su mejilla solo con la yema de mis dedos.
-Trata pequeña, de no dudar... Pues cuando dudas, te alejas del mundo... Y la verdadera felicidad allí se esconde- le dijó suavemente para luego alejarse aun sonriente...
Pensó en la pregunta que ella le hacía...
Amigos...
que palabra tan cruel, tiempo atrás, mucho mucho tiempo atrás... El hubiera contestado felizmente que todo el bosque era su amigo, que el vivía para todos y todos vivía para él...
Lamentablemente había tenido que aprender que las cosas no eran así, había dejado de creer en la amistad o el amor cuando su alma había sido destruida... Y jamás había recuperado ni un poco de ella.
Sus hermanos y su madre actual?... Ellos eran criaturas sórdidas y oscuras, que vivían por ellos, a pesar de ser bastante unidos, todos tenían bien claro el velar por su vida primero...

Su mirada se lleno de melancolía incontrolable, y aun así el intentó mantener la sonrisa en su sitio, quizás... Porque en realidad si le importaba lucir débil ante Alex, quizás...
-Oh, me parece que no he tenido tan buena suerte- le contestó intentando simular un tono ligero, sin embargo... ocultando tantas cosas tras el.

Cerré mis ojos percibiendo en mi mejilla la suavidad de su caricia que despertaba sensaciones que soñé imposibles, mi corazón latía fuerte dentro de mi pecho y el calor aumentó dentro de la habitación.
Pensé en lo que acaba de decirme...

¿Como no dudar si se ha tenido la maravillosa suerte de ser de ser yo? ¿Como no dudar si una vez confiando en alguien, ese alguien te traiciona? ¿Como no alejarse del mundo si este te da la espalda cada vez que intentas acercarse? ¿Como encontrar allí la felicidad si vivimos en un mundo corrompido por el odio, la ira y el rencor? ¿Como lograr subsistir en él si se cae a pedazos?
El mal en su forma mas simple y también la mas imposible nos ronda. Si existen bandos... el bien y el mal... es el mal es que va ganando desde el punto de vista del bien... a veces ni siquiera sé de que lado estoy, ni siquiera estoy segura de lo que es mi existencia... Y es tan facil como él me pide que abra mis brazos a un algo que no existe.

Abrí los ojos lentamente y lo miré con fijeza, reteniendo todo el peso de su mirada, dispuesta a replicarle y a decirle que dejara de ser un elfo estúpido e iluso, que la Luna ni siquiera escuchaba sus cantos ni tampoco veía sus ridículos bailes, que la naturaleza estáa muerta y que no debería confiar en el ser humano.

De pronto cuando quise articular palabras noté que algo había cambiado en el ambiente. El elfo que lucía siempre tan noble, tan alegre y puro, cambió su postura de tranquilidad pasiva a un ser lleno de nostalgias y melancolías; su sonrisa flaquó en su fino rostro y su mirada limpia se volvió un día de lluvia: opaco y sin brillo.
Sentí algo extraño en mi pecho, sentí algo extraño hacia él.

-Yo... lo siento...
Clavé la mirada en la superficie de la mesa, avergonzándome de mí misma. Y, estuve de acuerdo qué, todo lo que yo tocaba lo destruía al instante como una indigna. Yo no merecía la nombleza del elfo Kouran, tampoco estar cerca de él. Aparté su mano de mi majilla bruscamente y me puse de pie. aljándome de él lo suficiente.

-Tú... tu mereces algo bueno, mereces que el mundo te sonría, eres bueno... y... sé que lograrás encontrar a alguien que sepa valorar lo que le ofreces... mereces ser... feliz.

Si es que eso existe

pudo evitar mirarla con los mismos ojos que muchos años atrás había mirado a su amada, se parecían tanto... Sonrió melancólico, y mencionó las mismas palabras que años atrás había salido de su boca para acallar los tormentos de su dulce flor.

-La belleza y la felicidad, Alexia.. Están allí para todos, sólo hay que descubrir el camino apropiado para llegar a ellas- le sonrió tiernamente y se acercó para depositar un suave beso en su mano.

-Pequeña... No te disculpes, son solo penas del pasado que aun a veces oprimen mi pecho, tu presencia de hecho, las hacen soportables- le dijo con voz suave, y luego sonrió más relajado.

-Bueno quédate un rato más. estaba preparando una bebida que seguro te gusta. es muy buena... puede que se las enseñe a hacer en clase de pociones- propuso ahora expresando una sonrisa divertida, mientras jugaba con sus dedos, le dirigió otra mirada directa y cálida a Alex...

-Vamos, sonríe... ^^ una sonrisa es capaz de iluminar el corazón y el alma, tanto ajenas como propias- dijo finalmente.