Una ayuda desesperada.

Bajé directamente hasta las mazmorras, era noche y la luz palpitante de las velas apenas iluminaban el estrecho pasillo laberíntico que conducía hacia el despacho de Kosroes; tenía que hacerlo ahora, mejor que a plena luz del día y arriesgarme a que algún compañero me viera y se atreviera a husmear metiendo sus narices donde no lo llamban, lo menos que quería era testigos. Esta podría ser la oportunidad perfecta de Kosroes para castigar a un alumno por vagar en los pasillos a altas horas de la noche, sin embargo no me importaba, era tambien la unica oportunidad que yo tenia, estaba desesperada y muy loca.
Toqué la puerta y el ruido resono huevo y estremecedor por todos lados. Volvi a tocar, esperando que me abriera.

Me sobresalté, iba a soltar un gritito pero me tapé la boca inmediatamente con una mano; el corazón me dio un vuelco para despues empezar a latir con mucha fuerza, giré sobre mis talones y vi la cara de Kosroes, me pregunté si siempre estaba alerta para encontrar una oportunidad y asustar a cualquiera; agradeci que no se hubiera puesto esa horrenda mascara que usaba a veces en clases.
Respiré hondo para poder hablar firmemente.
-No... no quiero un castigo-confesé primeramente-Lo estoy buscando a usted, ya se que es un poco tarde, pero necesito su ayuda. Quiero que me de clases particulares de Artes Oscuras. Le pagaré lo que quiera si es necesario, lo mismo que recibe por parte de la directora o el doble. Por favor.

Me senté frente a él, estaba un poco nerviosa, no hacía esto todos los días, menos tratándose de alguien como él. Tampoco quería contarle que había pasado exactamente pero de alguna forma era un poco indispensable.
-Em bueno... Me gustan las artes oscuras y son una forma muy sutil de venganza y para protegerse de ellas tambien.
Me incliné un poco mas sobre el escritorio sosteniedo la mirada de Kosroes.
-No para todos los alumnos es un secreto que hay personas por aqui que estan tramando algo y que no tienen buenas intenciones, tampoco son humanos y saben magia muy poderosa...
Me dio la impresion de parecer una loca fanatica obsesionada.

¿Como adivino? Se parecía a la directora en el sentido de que siempre estan enterados de todo...
-Lo de las artes oscuras no tiene que ver con el ahora, viene desde hace mucho tiempo atrás, en mi familia son unos enfermos de poder y técnicamente a eso se dedican, así que de alguna parte tuve que heredar lo bicho raro. Pero no viene mucho al caso; lo que busco es venganza, no tengo porque negarlo, venganza y... dejar de ser la tonta de todos, ya me cansé de que me traten como debilucha y conejillo de indias. Tambien tiene que ver con el estupido principito alemán, correcto, aunque no completamente. No quiero estar en desventaja cuando ataque de nuevo.

parecía sorprendida, así que aunque no me lo preguntara se lo dije -... es obvio, me he enterado de un par de incidentes, participando en uno, irónicamente parece ser que el señor de la alta sociedad, el subnormal y tu siempre terminan de alguna forma peleándose ¿no es asi?...¿tiene algo que ver con ser la tonta de todos?-

-supongo que si... -puse los ojos en blanco y desvié la mirada un poco a la derecha, clavando la vista en sus artilugios raros-Las casualidades del destino siempre me llevan a meterme entre esa clase de problemitas... digamos que sucedió de nuevo... y casi me matan, pero no quiero que vaya a castigarlos ni quedar como una soplona, lo unico que quiero es que no vuelva a terminar de la misma manera. Entonces me va a ayudar o no? Estoy dispuesta a TODO.

No pensaba que iba a ser tan sencillo convencerlo y que me daría un rotundo no despues de que haber escuchado lo que tenía que contarle, pero pasó todo lo contrario y además quería empezar ahora, mucho mejor. Me levanté sonriendo satisfactoriamente, saqué mi varita.
-Porsupuesto, no tengo inconvenientes. Por donde comensamos... profesor?

Fruncí los labios con desagrado.
-No se trata de querer aprender los maleficios que ellos usaron y el contramaleficio.-me quejé un poco molesta.-Quiero aprender Artes Oscuras de verdad, magia avanzada, no he venido aquí a jugar y supongo que usted tampoco pretende que hagamos eso.
Me crucé de brazos y lo fulminé con la mirada.
-Montana principalmente se limitó a usar Maldiciones imperdonables y tontos hechizos elegidos al azar, pero Ludwig si sabía lo que hacía, utilizó el maleficio de la cárcel oscura. Câligôincarceris.

Buena pregunta... ¿porque habia acudido al mas detestable de los profesores?
-Bueno... pues porque usted no se limita a enseñar aunque considere prohibido lo que enseña; usted... esta loco -me reí pero esque era verdad- en el buen sentido. Usted... me agrada.
-Volviendo al tema principal. Claro que se usar el patronus-dije con indignacion- Sí... en ese momento fue lo unico que se me ocurrió usar, el Patronus y funcionó...

Me quedé pensativa, sentía no haber entenedido bien la pregunta. Dentro de mi cabeza observé ambas situaciones intentando encontrar similitudes en ambos encuentros.
-No se-respondí frustrada despues de un rato- Veamos... el encantamiento patronus funciona con los dementores, es como un hechizo protector, y creo que funciono porque estaba rodeada de la oscuridad, ludwig lo realizo... y fue el quien huyo de un patronus en el primer encuentro. Y nadie huye de un simple patronus, solo los dementores, pero Ludwig no es un dementor, obviamente pero parece como si los ambientes en oscuridad y todos los derivados de esta estuvieran a su favor, la maneja como si fuera suya, propia. ¿Que es él?

Volví de nuevo en torno a mis recuerdos.
-M... había mucho sufrimiento, eso es mas que nada lo que puedo recordar, gritos dentro de mi cabeza y como si hubiera una lucha interna entre dos seres. Desesperacion y un gran deseso de terminar con todos, pero a la vez había arrepentimiento aunque de una forma casi nula. La mayor parte de esos pensamientos no eran mios, lo se. -sacudí la cabeza energicamente- la verdad no se en que pueda servir eso, no encuentro el hilo adecuado. usted si?

-No tengo ningun inconveniente en intentar averiguar.
Fui hasta donde me indico y sostuve fuertemente mi varita lista para atacar, aunque aun no habia dicho que tendriamos un duelo o algo parecido.
-Ahora que vamos a hacer? duelo?

Decidí a ultima hora retroceder un poco mas antes que el mini duelo empezara, y cuando lo hice pasaron un par de cosas al mismo tiempo: Kosroes lanzó el maleficio y pisé la agujeta suelta de uno de mis tenis, me concentré en no caer olvidando defenderme. El hechizo me dio de lleno en el pecho y caí de espaldas.
Parpadeé confundida mirando alrededor, era un lugar horrible, no quería estar ahí, ademas era de noche y la oscuridad me daba miedo, nunca se sabía que clase de cosas feas se escondían tras ella, ¿y si no podía regresar a mi cabaña? me iba a perder!!! tampoco me podía levantar porque podía caer de nuevo y no quería eso. Desesperada miré a mi alrededor y me encontré con un mostruo horrible, me alejé a tientas de él, me quería comer! Grité muy fuerte pidiendo ayuda pero nadie me iba a aescuchar lo sabía, tenía mucho miedo. Me encogí sosteniendome la cabeza con fuerza.
-ya!!! auxilio! monstro feo!! Aguametira! -ni siquiera podia razonar los hechizos, jamas volveria a usar magia!
Empecé a chillar y a temblar en mi lugar.
"no, no, asi no se debia hacer" pensaba muy dentro de mi "todo esta bien" Respiré profundo varias veces tratando de calmarme aunque lo veía imposible. Tararé bajito una canción que me despejara la mente un poco, porque yo podía, yo podía salir de cualquier aprieto, nada me había vencido en el pantano ni menos aquí. Yo no era debil.
Me puse lentamente de pie aun aterrada, pero el efecto estaba pasando. Apunté al monstruo que tenía enfente.
-Incarcerus! Evanesco!

Me quedé estupefacta, era la primera vez que escuchaba que Kosroes me llamaba por mi nombre y su semblante era extraño, me dio miedo, y ya no estaba bajo los efectos del maleficio. Asentí torpemente.
-De acuerdo, señor. Lo veré mañana, gracias por su ayuda.
Avancé hasta la puerta para irme y antes de salir me volvi hacia el de nuevo.
-Que tenga buenas noches, profesor.
Se habia ganado mi respeto.