¿Una nueva integrante en la familia?...puede que si...puede que no (Familia Maysonet, Ymalai [opcional], Alexia, Kosroes & Cia)

Se encontraban en una pequeña reunión familiar, estaba la familia completa o al menos a lo que ellos consideraban la familia completa, a ninguno le interesaba contar con la presencia de Alex, no importaba mucho si no estaba, en realidad era mejor para ellos, siempre arruinaba todo, además en esta ocasión como en muchas otras aquella chica que parecía haber nacido para desafiar las reglas que habían tracendido por siglos en la familia, era el tema principal de la conversación.
Alfred estaba profundamente molesto, podía notarse en sus facciones el disgusto de tener que estar ahí, en aquella academia de la cual siempre había estado en contra y maldecía a su hermano menor Jackoson por haberle metido ideas absurdas a su hija, no entendía como ella no podía ser como su hermana gemela, ¿acaso era una maldición? eran tan iguales en apariencia pero completamente distintas en todo lo demás. Por la mente de Alfred revoloteaba una idea desde hacía tiempo, una estrategia que podría darle a la hija que siempre quiso...
A Elizabeth en cambio no le importaba mucho, le daba igual si a Alfred se le ocurria lanzarle de una vez por todas una maldicion asesina o cualquier otra, no se podía perder algo que jamás se tuvo, la única culpabilidad que la mujer sentía era haber enviado a su pequeña Yma a aquel maldito lugar infestado de bestias incivilizadas, siempre estuvo en contra pero había sido decicion de su marido y como buena esposa tenía que acatar las ordenes, para ello había sido educada. Sumida en sus pensamientos, de forma inconciente, abrazó al pequeño Andris como una fiera protege a sus cachorros, esperaba que aquel niño que ahora tenía una mirada llena de inocencia y una sonrisa dulce en su rostro angelado no fuera un parasito mas para su familia, que veguenza haber engendrado algo así.
Nicolas como siempre reservaba su opinion respecto a los asuntos que llevaran por nombre Alexia, una vez que había esclarecido sus argumentos era dificil que cambiara de opinion o abriera la boca para volver a decirlos.
Los tres escuchaban los argumentos y la historia de Yma con el mismo afán que un grupo de fieles escuchan el sermón de un sacerdote, la chica calló subitamente cuando vio un grupo de individuos acercarse y reconoció a uno de ellos como su excentrico profesor de Artes Oscuras, Kosroes.
Ninguno supo que aquella asamblea de aurores se dirigía hacia ellos para interrumpir su esclarecedora conversación privada, hasta que el hombre a quien reconocían como el subdirector se hubo acercado lo suficiente; Elizabeth no pudo evitar pasar su mirada reprobatoria sobre el profesor, evaluando con desprecio sus vestimentas, "que poca elegancia, distincion... que fachas" pensaba indignada.
Alfred se las arregló para componer una expresión neutra y ponerse delante del auror.
-Buenas tardes-respondió al saludo solo por mantener educación, usando aquel mismo tono de voz con que se dirigía a los funcionarios del ministerio que tenían un cargo mas bajo que el suyo. -¿Aquí mismo? -observó a su alrededor con suspicacia-Hable entonces.

Era una tarde aburrida, demasiado rutinario el dia, no habian pasado acontecimientos importantes, era como si todo hubiese regresado a la normalidad o al menos a la normalidad de antes, incluso llegaba ser aburrido.
Ahora regresaba de mi practica de Skate con un par de golpes moretones nuevos y unos pantalones raídos, bienvenida a los viejos tiempos.
Daba vuelta en un pasillo cuando vi a lo lejos a la familia de Kosroes, iban en grupo y Kos iba a la cabeza, me pregunté a donde irían con tanta prisa, entonces lo comprendí, seguro iban a Death Island sin mi! genial solo hubieran dicho que les estorbaba y no habria problema, pero no entendía porque iban a escondidas mías, sentí como la sangre hervía en mis venas, pero no podía sacar conclusiones de algo que no estaba claro, entonces decidí seguirlos a una distancia prudente para que no me descubriera.
Al final se habian detenido en el jardín y yo me habia quedado oculta entre un par de arbustos y un muro, nadie podría verme ahi, movi un poco las hojas de los arbustos para hacer un hueco y observar la escena.
Me quedé anonadada cuando vi a Kosroes hablando con mi padre, ¿que demonios...? contuve la respiracion como si el arie que inhalaba y exhalaba fuera a impedirme escuchar, tal vez hubiera sido mejor no haber escuchado, despues de la sorpresa vino el sobresalto pero estaba completamente confundida como para aparecer de la nada y decir algo... Kosroes adoptarme? ¿que desquisiado juego era aquel? por un momento me senti traicionada por no habermelo mencionado antes y hacer aquello a mis espaldas; además ya no era una niña como para que decidieran regalarme adoptarme o lo que sea... pronto iba a cumplir 17...

Alfred observó fijamente al hombre y no pudo evitar que una sonrisa cruzara su rostro, una sonrisa irónica y desagradable la cual escondía una gran carcajada histerica, no podía creer que ese tipo se dirigiera de aquella manera a él, además nadie podía atreverse a venir y decirle como educar a sus hijos, incluso a Alexia; Elizabeth intercambio una mirada con su esposa, la cual no le fue devuelta, era claro que en aquella conversacion no se le permitía participar, y su unica proeza era dedicarse a mirar al profesor como un bicho raro y asqueroso que se arrastra en el mismo suelo que esta pisando, pero mas alla de eso su opinion era invalida.

-Que ridiculez es esa?-formuló la pregunta retórica con desdén-Para mi sería sencillo y mas cómodo deshacerme de ella, pero Alexia nos guste o no sigue siendo una Maysonet, y los Maysonet no tratamos de igual a igual con unos tercermundistas... además... las insolencias de Alexia deben ser pagadas y sus errores pueden ser corregidos, quiera o no.

Alfred se sintio intimidado por Kosroes pero dejó que ese maldito auror pudiera darse cuenta de ello, era una ofensa que aquel arabe fuera a decirle lo que debia hacer.
Le lanzó una mirada asesina y sacó su varita apuntándole.
-Ya te lo he dicho profesorsucho, lo que concierne a Alexia y nuestra familia no te incumbe así que ¿porque no te vas de una vez?

El asunto se estaba poniendo acalorado, Ardashir dio la orden de desenfundar varitas y acercarse...todos apuntaron a la cara de Alfred Maysonet, que ya no se veía tan prepontente como en un principio, todos le apuntaban excepto Arsames ¿donde estaba Arsames? llego al poco rato con un bulto bajo su brazo derecho...no era un bulto...era Alexia Maysonet! -parece que no tendrás que decirle nada a tu discípula Kosroes- dijo mientras la dejaba en el suelo al llegar a la zona "candente"...esto realmente tendría un final inesperado al parecer...

Seguí observando la esncena con impotencia y frustración, con cada palabra que Alfred y Kosroes se decían hacían que mi enojo aumentara, esperaba que iniciaran un duelo ya que ambos no parecían soportar un poco mas sin darle su merecido al otro; como los odiaba a los dos en este momento, hablando de mí como si fuese un elfo domestico al que se esta decidiendo liberar.
No aparecería inesperadamente en la escena, no tenía ganas de verle la cara a ninguno, ni mucho menos hablar de aquella situacion, al saber que no habría nada mas interesante que mereciera la pena escuchar, me di la vuelta para alejarme de ahi, pero me tomé con una figura oscura y alte que antes no habia estado ahi, alcé la vista y vi a Arsames, otro primo de Kosroes, me tomó por el hombro a contra voluntad mia y me llevó directo hacia donde estaban los demás sin hacer caso a mis protestas y forcejeos; cuando al fin me soltó ya era tarde para echarse a correr, innevitablemente ya estaba en medio de la discusion.
Le lancé una mirada asesina a Kosroes y otra de odio a mi padre.
-Hola... padre... profesor-saludé entre dientes a ambos.

A consecuencia de que no tenia nada que hacer ahi estaba yo... metida en una batalla por culpa de la inutil de mi hermana gemela, en cuanto vi a mis padres les sonrei a lo mejor y tenia la posibilidad de conseguir que me sacaran de este horroroso sitio... si contaba con suerte. Me quede con la boca abierta cuando escuche que el profesorsillo de AO queria adoptar a Alexia... por mi mejor, asi seria hija unica y viviria feliz, asi no tendrian ninguna excusa para permanecer en este inmundo espacio, me cruce de brazos y preste atencion a lo que ocurria.

-Vaya hermanita- pronuncie esta ultima palabra con desprecio casi como si se tratara de algo sucio- Tu si que das sorpresas...- me relami en mi fuero interno de que todo lo que planeara se viniera abajo, nada me complacia mas que hacerla sufrir, tal como lo habia demostrado saliendo con el horroroso de Ludwig

Al ver a todos los aurores apuntar directamente a su padre, Nicolas se unió a la batalla con la varita en alto dispuesto a atacar en cualquier momento, casi seguro de que la pelea se desencadenaría en cualquier instante, no le hacía gracia tener que arriesgar su pellejo por algo tan estúpido, no entendía porque su padre simplmente no dejaba que se llevaran a la despreciable de su hermana, al fin y al cabo nunca habia sido de utilidad y solo le daba problemas a la familia.
Aquel momento de tensión se vio repentinamente interrumpido cuando uno de los aurores llevo consigo a una protestante Alexia; Alfred esbozó una media sonrisa de desprecio para su hija y se acercó lentamente a ella, ignorando por completo las palabras que la otra gemela acababa de decir y que conociendo el caracter de Alex no dejaría que iniciaran otra de sus pataletas infantiles, no estaba con el humor suficiente para soportarlas.
Tomó entre los dedos de su mano derecha el rostro de Alexia sosteniendo con fuerza el menton de la chica, esperando infundirle dolor alguno pero como siempre se mostraba testaruda, lo alzó para que viera sus ojos...
-Has osado desafiarme de nuevo, Alexia-le dijo de forma amenazante- ¿sabes lo que eso significa?
Alex logro soltarse y sonrio con malicia
-¿Qué, vas a castigarme, padre?-retó a su padre.
Estaba siendo una insolente, y no le permitira burlarse de el en publico. Dejó de apuntar a Kosroes con su varita para dedicarse unicamente a su hija...

Había imaginado que aquella sería la reacción de mi padre, no sería la primera vez, pero yo estaba lista para contratacar en el momento preciso, sin embargo, aquel momento nunca llegó, todo pareció ocurrir en camara lenta, me alejé de un salto mientras Kosroes le propinaba un gran puñetazo a mi padre, nunca habia visto al profesor actuar de una forma tan brutal, era excentrico y estricto pero nunca actuaba de forma impusliva, por un momento olvide el coraje que le tenia ¿que habia hecho yo para que el se preocupara por mi?
-Pero... ¿que le pasa?-le pregunté atónita, mi voz se escuchó sofocada incluso parecía un reproche-¿como se le ocurre...?

Mire a la familia de Kosroes y luego a mi padre, la batalla esperada estaba a punto de inciar, lo percibía en la mirada de los aurores y la imprudente colera que se reflejaba en el rostro de mi padre, ni el ni Nicolas iban a poder con ellos a igual que sabía muy bien que al menos uno por parte de la familia de Kosroes podria salir gravemente herido, todo por mi culpa... Luego mi mirada se encontro con la de mi hermano mas pequeño, no podía creer que estuvieran a punto de batirse a duelo sin importarles que o quienes estaban alrededor, sin pensarlo me puse delante de mi padre a modo de barrera.

-¡No! -le lance una mirada furtiva a Kosroes llena de significado y me vi obligada a apuntarle con la varita-Esto no es asunto suyo... ¡no vuelva a meterse en lo que no le importa! ni usted ni ellos.

Sentí como una mano, tan fuerte como una tenazas se aferraban a mi hombro y me giraban con brusquedad.

-Esto era lo que querías no?-inquirió furioso, sus ojos resplandecían de rabia-pues ahí lo tienes, olvídate de que eres una Maysonet y no dudes que te mataremos si te vuelves a acercar, acabas de perderlo todo Alexia.

Me lanzó contra Kosroes y choqué con el pero me aparte como si fuera algo que no quisiera tocar. El discurso de mi padre me habia parecido tan largo como el de un politico consumado y sus palabras seguian resonando en mi cabeza, con un gran eco, había esperado ese momento por muchos años, pero nunca me habia puesto a pensar que sucedería despues.

-Vámonos, no tenemos nada mas que hacer aqui-dijo mi padre... o el que había sido mi padre por diesiséis años.

Se alejaron... se iban alejando mas hasta desaparecer. Me di la vuelta en sentido contrario y pasé a traves de la barrera de aurores...