Sin poderme ir

Habia esperando un poco, sabia que no seria buena idea comentar mi peticion antes. Pero me habia equivocado en muchos aspectos.

Me habia levantado con buen humor, con una sonrisa radiante esperando el triunfo de finalmente esfumarme de este inmundo colegio, pero lo que recibi no fue eso. El echo de haber excluido a Alex de la familia, borrarla del arbol, practicamente sacarla de nuestras memorias, no habia echo que mi padre cambiara de idea. Su respuesta fue estupida, egoista y sin sentido. Queria que me quedara, viendo lo que ella hacia, practicamente vigilarla. Que creia? Que me iba a convertir en la ni~era de mi insolente hermana?

Odiaba que no me tomara en cuenta. Siempre pense que estaba obsecionado con Alex. No se daba cuenta que no valia la pena esforzarse, pero seguia intentando y me arrastraba conmigo en sus planes. Ahogue un grito, pero no sirvio para bajar mis humos, estaba tensa, con el cuerpo rigido al no poder expresarme a gusto.

-Maldita sea- susurre para mi.

Me deje caer en sofa, enterando mis u~as en un cojin. Porque toda mi vida tenia que ser asi? Casi girar al torno de "esa"? Porque simplemente no podia ser unica, realmente ser diferente en todo aspecto?

-Arruinare todo, el idiota que se cruze en mi camino, se arrepentira-pense en un gru~ido silencioso.

Llegaba del pasear un poco por el Jardin, los días aburridos y sin poder practicar un poco con ningun alumno que se atreva a dirigirme la mirada me estaban comenzando a enfadar, desde mi visita a esa Aldea Muggle no había podido matar ni torturar a nadie y era tan frustrante que estaba seguro que comenzaría a atacar al primero que se me cruze, ya estaba arto y quería comenzar a desaserme de toda la peste en esta academia, quería comenzar a hacer la limpia yo solo si era necesario.

Un silencio sepulcral se había sernido sobre la Cabaña de Trytian, posiblemente no había nadie dentro, perfecto, nadie a quien atacar. Pero algo extraño sucedio, alguien quien supuestamente no devería de estar en este lugar estaba, aquella muchachita Kuang, Alexia, todavía recordaba con placer la tortura a la que fue sometida esa chica, pero recordar eso solo hacía que recuerde como me la quitaron esos malditos buitres, era mi presa, seguía siendo mi presa y pronto me vengaría de eso.

Sonreí sinicamente y torci mi rostro para un lado, perfecto justo lo que estaba buscando, alguien a quien atacar y había alguien, esenario perfecto, nadie quien pudiera molestarnos y ella parecía enfadada, rebiosa, así aceptaría el duelo más rapido y no tenía que decir nada antes de comenzar el duelo ya que este, si se daba, comenzaría solo.

- Pero miren a quien tenemos en este lugar, si es la Kuangcita de Alexia, - hable con una voz casí infantil, una voz alegre, divertida mientras le clavava mis ojos a la muchacha, sonriendo cada vez más abiertamente, ensanchando mi cinica sonrisa -

Ahi estaba otra maldita prueba de que Alex estaba anclada a mi vida. Era una desgraciada alli, ni si quiera podia enojarme sola y maldecir mi vida sin que apareciera alguien a fastidiarlo y encima para confundirme tan asquerosamente como lo habia echo ese chico.

Me gire hacia el deseandole la muerte con tanta pasion que me dolia en las venas. Hize una mueca de asco en crecimiento, pero antes de escupir una estupidez mal dicha, tome algo de aire.

-Bastante tengo que soportar con saber que cuento con el desperfecto de parecerme a Alex, como para que vengas a recordarmelo llamandome por su nombre- masculle molesta- Soy Ymalai Maysonet, y acostumbrate a ver la diferencia entre "esa" y yo.

Lo mire fijamente. Escribiendo mentalmente cada detalle de el, para darme una idea de que tipo de persona era.

Una agradable oportunidad se me estaba presentando frente a mi, la oportunidad de divertirme con una nueva chica, lo bueno de esta es que su parecido con la chica Kuang hacia que pudiera descargar con esta Trytian, todo lo que se me prohibio con la Kuang. Descargaria en ella todo lo que tenia, pero a su devido tiempo, de momento la evaluaria, viendo si era tan digna como su hermana, de ser un jugete mio, aunque sea solo el aperitivo mientras llegaba a otros mas jugosos.

Su actitud de renegar a quien se parecia, creyendose superior a alguien a la que por lo que podia ver, eran iguales, no conocia las habilidades de esta chica, Ymalai, y era poco lo que conocia sobre Alexia, pero habia algo que convertia a Alexia en tan deliciosa presa, la manera en que luchava y se resisitia a lo inevitable, eso, solo convertia a una presa en mas divertida de jugar.

Mantuve mi exprecion infantil, evaluandola con la mirada, mis ojos fijos en los de ella trataban de penetrar en su mente intentando leer sus pensamientos, ver sus recuerdos, sus puntos debiles, todo. Me consideraba bueno en la Legremancia y un poco mejor en Occlumancia.

- Si, tienes razon, son muy diferentes tu de tu hermana, ella tiene algo que me encanta - mantuve mi sonrisa infantil, con mi exprecion acorde a dicha sonrisa, dejando mi comentario en el aire, - mientras que tu, eres ordinaria - si ella se consideraba mucho mas que su hermana como parecia ser por la manera a la que se referia a ella este comentario habria de molestarle, en lo contrario simplemente lo dejaria pasar sin importarle mucho lo que habia dicho -

Ella tiene algo que me encanta mientras que tu, eres ordinaria.Con visible molestia movi un mechon de mi cabello. Lo mire con
desprecio, deseandole, sinceramente, una muerte horrenda.

Aprete el puño con fuerzas. No pensaba rebajarme al nivel de semejante estupido. Decirme ordinaria a mi !haha!. Tenia que reirme de tan gran error. Aquel idiota, se incluia a la gran lista de mi hermana. Ni que ella tuviera la elegancia que yo portaba. Pero, quizas, en un colegio tan ordinario, ella sobresalia como yo en mi antigua academia. Ella se habia convertido en el centro de atención.

Eso, muy a mi pesar, era algo que nos unia; ambas, en nuestro habitad natural, eramos el deseo de muchos. Ella con su salvajismo y poca feminidad encantaba a lo pobres diablos de aqui. Yo, con la elegancia sobre salia sin mucho esfuerzo, aunque aqui, nadie tenia el cerebro suficiente para entenderlo.

Desvie la mirada de él. Cualquier esperanza de encontrar gente idonea en la casa, se comenzaba a esfumar de mi mente.

-Aunque me tiene muy sin cuidado tu opinion. No vuelvas a decir frente a mi semejante idiotez- lo mire un segundo con una ligera mueca en el rostro- Aqui el unico que se muestra ordinario eres tu.- solte rondando por la sala comun, era pesimo soportar esta alli y mas aun con compañia tan mala.

Solte un bufido y rodee los ojos. Sabia que el chico tenia razon, quiza por eso me costaba pensar en una manera de fastidiar a Alex mas de cerca...mas duramente. Pense en un momento en las posibilidades que tenia de mostrarme menos resentida. !Bah! La odio tanto que no puedo disimularlo.

Calme mi interior sin mostrar en mi rostro algun rastro de lo que pensaba. Tal vez, si dejaba de ser asi...tal vez si me mostrara molestada, pero no a gran magnitud...Alex podriar creer en mi. Pero eso lo trabajaria luego. No iba a perderme en mi mundo con ese chico analizandome. Tampoco le iba a demostrar que su "consejo" realmente me parecio bueno. Debia mantenerlo a distancia, total, si queria llegar a cabo mi nueva idea, ser amiga de muchos Trystian no me iba a ayudar. Sabia que era la casa rival de la de mi "querida" hermana.

- No tengo intencion de disimular nada- solte como si no importara.- ¿Sabes? Por su culpa estoy aqui, asi que no me importa que los demas lo sepa.

Le dedique una falsa sonrisa. Ni intente ocultar que no era real. Queria que se diera cuenta que aquella conversacion no era de mi agrado, el no era de mi agrado, mi hermana tampoco lo era y simplemente no iba a disimular. Si no le gustaba por alli tenia la puerta, bastante grande, para que se largara de mi vista.

-Mira, si vas a hablarme de ella, te puedes largar por donde mismo has llegado. No tengo intencion de soportarte- le dije calmadamente, no iba a perder los estribos, ser la salvaje de la familia no era el papel que yo jugaba.