Cuidando a la cosa esa.

Estaba recostado boca abajo sobre mi cama inclinado sobre un libro de Criaturas Mágicas y tomando notas en un arrugado pergamino, mientras la pequeña Jae (como había decidido llamare a el Kneazle) jugaba con un calcetín recostada sobre mi espalda. No tenía idea de como empezar, se suponía que era como un gato y no quiso beber la leche que traje para ella, terminó derramándola sobre el suelo al igual que despreció el trozo de chocolate que le regalé; no quería que muriera por hambre pero ella ayudaba poco.
Me negaba a pedir ayuda a alguien y mucho menos a la compañera que me habían asignado, eso jamás.
Esa asignatura nunca fue de mis predilectas, por lo que me aburría con facilidad y tal cual lo supuse, me quedé dormido sobre el libro, me rendía por ahora.

*dormido*

El kneazle estaba jugando sobre la alfombra aún con mi calcetín, desvié la mirada para observar la hora y cuando me volvía hacia ella ya no estaba, la busqué debajo de la cama, en el armario, no estaba por ningun lado... y entonces la vi, la vi caminando despreocupadamente por el marco de la ventana, me acerqué lentamente para no asustarla.
-No saltes... -le rogaba una y otra vez.
Cuando estuve a punto de alcanzarla, ella se arrojó al vacío espándose de mis manos.
-¡No!-grité horrorizado.
Abrí los ojos de golpe, mientras me incorporaba precipidamente en la cama, alarmado y con el corazón dando golpes fuertes dentro de mi pecho.
Un sueño, solo había sido eso.
Pasé los dedos por mi cabello y desvié la vista hacia la ventana, pero no había ventana... una melena pelirroja la cubría, la reconocí de inmediato. ¿que hacía ella aquí?
No reacceoné al instante, seguía en shock, observándola con curiosidad sin entender mucho de lo que ahí sucedía.
-¿Que haces tú aquí? -Le pregunté hoscamente mientras me levantaba para buscar a Jae debajo de la cama donde estaba escondida entre poleras. La saqué de ahí y miré a Noi con rudeza-¿Quien te dejo entrar? ¿Que quieres?
Acurruqué a la Kneazle entre mis brazos, protegiéndola de ella, como si pensara llevarsela lejos.

Suavicé mi expresión cuando la vi tomar ese color rojo en su rostro, se veía linda y era la primera vez que pude ver a Noire Von Katerrik como lo que era una chica con sensibilidad, algo mas que un saco de buenos modales pomposos, un cerebro super dotado, arrogancia e infantibilidad.
-Oh. Solo no vuelvas a hacerlo.-dije con voz atóna.
Pero aquello no cambiaba mucho las cosas y no necesitaba su ayuda...
-No... ya tiene que comer-mentí
La pancita de la cosa gruñó silenciosamente pero pude sentirlo.
Ella se había dado ya la vuelta para irse y mi orgullo se debatía entre mantenerse correcto o doblegarse por una única vez.
Demonios.
-Katerrik, espera. -hice una mueca extraña.-Yo... ella no quiso comer lo que le di.
Eso fue sumamente vergonzoso.
-Ne-ce... si...to-murmuré muy bajito, apenas mi voz era audible-tu ayuda.

Sonreí ligeramente al ver la ternura que Noire Von Katerrik podría tener, incluso parecía vulnerable, linda, pero seguía odiándola.
La vi sonrojarse nuevamente, acto que hizo que de nuevo pusiera cara seria, ya no sabía lo que pensaba exactamente, estaba confundido por muchas cosas y era culpa de la pelirroja alemana.
Vi a Jae comer felizmente lo que Katerrik le había traido y no pude evitar hacer una mueca de asco, pues aquello no se veía mucho mas apetitoso que el chocolate o la leche.
-Su nombre no es "a tututu"-dije agriamente girándome para ver por la ventana-es Jae. Y gracias por la comida, aunque no le veo lo apetitoso a eso, era mejor el chocolate.

Puse mala cara cuando me habló, yo no era estupida, y me molestó bastante que me recordara lo infantil que podía llegar a ser en ocasiones, suspiré... y cerré los ojos trantando de dominar mis humos... 1, 2, 3, 4, 5... bien, Noi tienes que tratar de llevarte bien con este idiota, todo sea por el bien de Jae...
-Bueno es verdad que el chocolate si que es más apetitoso que eso...- lr dijr mientras me giraba en su dirección...
- En todo caso es bastante estupido querer darle chocolate...- casi me golpeao a mi misma en reprimenda, no habia podido evitar sonar burlona y sarcastica mientras hablaba...Oh muy bien, plan llevarse bien con Pablo a la basura antes de empezar, demaciado orgullosa como para retractarme de mis palabras le dediqué una sonrisa burlona.

Su comentario me molestó, pero me molestó mas que la Noire que no parecía soberbia y egocéntrica se hubiera esfumado, para traer de nuevo a la vieja Noire. Yo había hablado solo con la esperanza de poder bromear un poco sobre la situación, no hablo sobre las estupideces que cometo de una forma tan ligera y se es posible, declaro omitirlas en una conversación, ahora ella tomaba ventaja y me trataba de idiota.
Fruncí el ceño y me dirigí hacia donde estaba Jae, que había terminado de devorar su comida -esperaba que no sufriera indigestión- y ahora regresaba a jugar con mi ropa en el suelo. La levanté del suelo y le arrebaté con brusquedad mi camisa para lanzarla del otro lado de la habitación.
-Pero no presumo de inteligencia super dotada-le espeté
Salí de MI propia habitación cerrando de un portazo. No me correspondía a mí salir, pero tampoco tenía el poco tacto para correrla a gritos.

Rodé los ojos y miré indeciso la mano de Katerik tal vez un pequeño pacto de paz no estaría mal, sinceramente, me había cansado de pelear con ella, no tenía sentido hacerlo una y otra vez, entonces, alguien llegó a interrumpira antes de que aceptara el nuevo trato; era el profesor Yang.
-Descuide, profesor-le mostré a Jae -ella esta bien.
Me volví nuevamente hacia Noire y le lancé una pequeña sonrisa para caminar de regreso a mi habitación.
-Sígueme... tenemos que... idear alguna rutina. Que tenga un buen dia, profesor.

Esperé dentro de mi habitación manteniendo la puerta abierta para que ella entrara. Cuando estubo dentro cerré de nuevo. Eché un vistazo rápido al dormitorio y por un momento sentí un poco de pena, era un completo desastre, normalmente no me importaba ya que no acostumbraba a tener chicas dentro, mucho menos alemanas refinadas.
Le señalé una silla para que se sentara.
-Y bien... que es lo que sigue? -dije con voz átona mientras dejaba a Jae en el suelo. -No tienes porque hacer esto si no quieres; yo lo haré solo, no tengo ningun problema. Es como... cuidar a uno de mis hermanos... incluso creo que es mas sencillo.

Me senté silenciosamente, y miré a Pablo... Vamos Noire... amabilidad ¡Tu puedes!...
-Si no te molesta... me gustaría ayudar a cuidarla tambien, me gustan mucho los animales...- dije con voz queda...esperaba que él me concediera una oportunidad, pero aun asi no tenía muchas esperanzas, había sido muy desagradable, baje la mirada algo avergonzada...