Que soy una mantarraya? (Libre)

Todo el papeleo estaba listo y la estupida tradición del fuego "inteligente" ya me habia asignado a una cabaña, Sturu...una mantarraya, genial, el animal fisicamente no era del todo de mi agrado, pero la fama que tenian de su pinchazo venenoso era perfecto, una criatura sigilosa y mortal. Igual que yo. Pero no, un recuerdo vano de algun libro de zoologia maritima me hizo recordarlo,las mantarrayas eran mantas gigantes, y mantas gigantes eran inofensivas, en cambio su familiar, algun otro pez raya si tenia veneno...otra razon para odiar el sitio, degradarme al rango de un pez deforme sin ninguna ventaja alguna, solo el ser gigante.

Con paso firme recorrí lo que era el vestibulo, analizando en silencio a cada uno de los seres que tenia a mi alrededor, todos tan simples, inutiles y fragiles que me causaba una sensación de hastío al pasar junto a ellos, no merecia esto...Pero si la matriarca lo ordenaba ,yo lo tendria que cumplir, una estadia corta en este lugar para complacerla y ya.

Despues de que mi pasatiempo fue perdiendo interés en mi, me senté en uno de los sillones que tenia el "gran vestibulo", cerrando los ojos, pero con mis demas sentidos alerta si alguien se atrevia a acercarse.

Iba yo paseando por el vestíbulo con mi pequeño dragón Yue, mirando a los jóvenes como siempre, buscando alguna actitud que valiera la pena una entretenida evaluación. No parecía heber nada fuera de lo normal, hasta que...ahí! en el sillón la chica nueva de mi tribu parecía indiferente a todo lo que ocurría a su alrededor, "sería bueno conocer para juzgar" me dije a mi mismo -Buenas señorita, supongo sabrá que soy el líder de su tribu, si no lo sabe, me presento, soy el profesor Sun Yang para servirle- le dije con mi alegre rostro característico con una leve inclinación de cabeza.

Entre los distantes recuerdos de mi hogar, el ultimo grito agonizante que habia hecho brotar de la garganta de esa joven y los pasos de las personas, un zapateo mas cercano me hizo abrir los ojos. Un hombre rechoncho, bajito, arrugado como hoja de papel ,canoso y sus facciones obviamente orientales estaba frente a mi, saludandome con su acentito.

Buenas tardes -Contesté su saludo, con un caracter neutro, el hombre parecia querer conocer mas a su futura alumna , mientras no empezara con consejos inutiles todo estaria bien. - Si, ya me he enterado de que usted es mi "Mentor" -Hize un ligero enfasis de desagrado en la ultima palabra, mientras arqueaba una ceja, no podia comprender como era que yo, Aurum Mortis podria recibir consejos o ayuda de un ser tan comico como el.

Al parecer la jovencita no tenía ninguna intención de mantener algún respeto, así que me digne a ojearla de arriba a abajo, era una clásica Sturu, muy inteligente e irremediablemente arrogante, a veces me pregunto si realmente fue sabio meterme a liderar esta tribu, bueno, por algo suceden las cosas y lo mejor será seguirle el juego, en una de esas aflora algo más que antipatía...
-Oh, me alegra tener una alumna tan informada de todo- dije mientras limpiaba mis lentes con la bocamanga de la túnica -¿Algo que necesite saber acerca de nuestra Academia?- dije con una jovial expresión y mis rasgados ojos entrecerrados.

Si, quiero saber algo -Me senté correctamente en el sillon, mirandolo de reojo al hombre sin mas interes del necesario -Por que Sturu? -Dije sin cavilación alguna, no entendia el estupido juego de elección de ese lugar, pero al menos una orca me parecia mas peligrosa que una manta gigante y obesa.

Mientras esperaba su respuesta, observaba a lo lejos a varios grupos de estudiantes, tenia que analizar a los inmundos que me rodearian y descubrir sus puntos debiles para mi uso.

Ese dia acababa de salir de clases, la más aburrida que haya tomado en toda mi vida. En todo momento intenté contener el sueño hasta el final, así que cuando terminó, arranqué hacia el baño, para poderme lavar la cara. No habia hecho ningun amigo, ni siquiera me interesaba en lo más mínimo.

A lo lejos vi a uno de mis maestros con una chica que jamás habia visto, con una mirada tan soberbia, aunque era muy bella. Aunque ese delirio de grandeza la hacia verse bien, entendia desde ese dia que ni ella ni yo nos ibamos a llevar bien, entonces pensé : " Llegó alguien a quien puedo hacerle la vida imposible". Entonces, tenía que pasar forzosamente cerca de donde estaban ellos, me fui lentamente, y al mirarla, arquée una ceja, en señal de guerra, despues le brindé una sonrisa hipócrita a la chica. Me alejé de ahi lentamente.

-Es muy simple, aparentemente su capacidad intelectual sobre pasa su pragmatismo maquiavélico, no es agresiva y simple como un tiburón, si no que es más reflexiva en su actuar, como las mantarrayas- dije con una sonrisa mi respuesta, en eso, otro de los excéntricos jóvenes de mi tribu miró desafiantemente a la joven Mortis y dio muestras de irse, pero alguien como creo es ella no lo dejaría pasar así