Presentándome ante la Directora

Estoy tan emocionada... no llegué a creer que, entradas las clases, se me permitiera entrar al selecto grupo de profesores y menos que fuera tan fácil. Peroa hora tendría que presentarme ante la directora, de la cual sólo había escuchado palabras, pero jamás la había visto.

Llamé a su puerta, esperando una respuesta de su parte.

¿Visitas? genial.
No decía que fuera genial tenerlas, ya que estaba un poco ocupada, lo genial era ver de quien se trataba, ella era de alguna manera como yo... seria interesante conocerla.
-Pase, profesora-dije con voz natural como si ella se encontrara a un lado mio.

-Muchas gracias y buenos días -entré con paso jovial, ya que me era imposible el ocultar mi entusiasmo-. Margareth Mackenzie a su servicio -le tieno la mano, ya que es algo que he aprendido de los latinos.

La directora luce encantadora, tal y como me la describieron, creo que será maravilloso el tenerla como compañera y supervisora. Definitivamente, por ella intentarìa hacer mejor mi trabajo.

-Espero que se encuentre bien

Tomé la mano de la nueva profesora y le sonrei, le invité a tomar asiento, a simple vista ella parecía una mujer de caracter noble y una persona encantadora, también parecia tener buen dominio sobre su estado y eso me complacio mucho mas. Probablemente podria ser, mas que una relacion de colegas, y el inicio de una buena amistad, me gustaba llevarme bien en general con los profesores, entenderlos e incluso aprneder de ellos.

-Estupendamente, Margareth, gracias, espero que tambien estes de maravilla-dije cordialmente-Yo soy Lorelice Grecko, aunque supongo no desconoces esa parte. Me alegra que hayas aceptado el puesto y espero que estes agusto aquí. Y bueno, viendo que eres vampireza... tengo que preguntarte cuales son tus metodos de alimentacion, por seguridad, ya sabes.

-Por supuesto, lo comprendo -sonrío ampliamente mientras me siento en donde me indica-. Mi alimentación va más que nada hacia los alimentos sólios, ya que canalicé mi energía vampírica para ocultar mi estado, aunque supongo que sigue siendo notorio -me señalo, ya que la directora ha logrado ver etràs de la fachada-. Pero si llegara la ocasión de que necesitara sangre, bueno, he traido unas reservas que compré en el banco, por si las dudas. Ahora nada más deseo que aguanten, pero eso es lo de menos. No, lo que más me preocupa es que los alumnos se den cuenta de mi estado... ya sabe, siento que si me muestro humana ellos me aceptarán mejor que siendo vampiresa. Al menos, cuando trabajaba en el Museo de Berlín hace unos cincuenta años, las personas se hubieran aterrorizado de saber lo que soy. Bueno, también lo hubieran hecho de saber que soy una bruja, pero eso es aparte.

Una sonrisa triste cruza mi rostro.

-Creo que el ser diferentes abre una brecha entre nosotros, así que, realmente, decidí cubrir esa brecha para que nadie la vea.

Miré a Margareth analizando con minuciosidad la serie de problemas que tenía y pensé que podría ayudarla, de hecho no había muchos problemas, ninguno si ibamos mas allá.

-Entiendo a que te refieres, Margareth, creo que te entiendo perfectamente, pero el tiempo avanza y muchas cosas han cambiando. Nunca te obligues a ti misma a ocultar algo. Hubo alguien que creyó que si era dos personas diferentes... lo solucionaría todo, pero sucedió todo lo contrario; el lado humano ha quedado atrás y en el presente debemos afrontar lo que somos. Aquí en Greenwitch no tienes que fingir, los alumnos saben de la naturaleza de sus profesores así como he hecho que el ministerio acepte este régimen entre alumnados y profesores, me responzabilizo de ellos, entre nuestros alumnos hay vampiros, licántropos, veelas, entre otras caracteristicas que los hacen especiales, y aqui mismo les enseñamos a mantener el equilibrio. Yo misma soy Vampira y hasta ahora no ha ocurrido nada malo.-me rei para relajarla-Incluso bebo sangre de humanos, hay cosas que no se pueden evitar y aquí estamos... pero es tu decision querer mantener tu secreto o no, aunque te advierto, tenemos alumnos muy inteligentes y... metiches, que tarde o temprano lo averiguarian.

-Comprendo -vuelvo a reir, espero que no piense que soy bipolar-. Pero lo oculto por otra razón. En la entrevista de trabajo el profesor Sun Yung me comentó que el profesor Kosroes cazaba vampiros y que nos odiaba. Por ello oculto eso, a pesar de saber que lo humano hace tiempo que quedó atrás... pero me es difícil olvidarlo. No me oculto por temor a él, sino para no tener problemas. Odio los problemas, en especial aquellos que bien podrían evitarse... y ese enfrentamiento puede evitarse. Los alumnos no son mucho problema aunque fueran humanos al cien por ciento, son jóvenes y aprender a aceptar la diversidad en el mundo serà más fácil para ellos que si lo aprendieran sus padres a esta edad.

Espero que comprenda que no soy cobarde, ya que en ese caso no sería buena candidata para este trabajo. Simplemente, no quiero ocasionar disturbios por mi presencia.

Le intento transmitir mis emociones a través de mis ojos.

-Pero saliendo de eso, ¿cómo cree usted que los jóvenes llevarán esta clase? Quiero decir, aparento veinticinco años y practicamente les adentraré en un mundo que, de alguna manera, han tenido siempre al lado y al cual nunca han visto a través de mis ojos. Me refiero, claro está, a que siendo yo una anciana en edad humana he tenido la oportunidad de observar los cambios que ha ocurrido en la sociedad, aparte que la materia no será como la esperan. Seré profunda en temas que una joven humana no podría captar en tan poco tiempo... y consideraré sin importancia temas que esa misma hipotetica joven llegaría a creer indispensables. Estoy nerviosa -admití con otra sonrisa.

Decidí aceptar su postura, cada quien era libre de tener sus propios pensamietos sobre el mundo, cada quien podía ver las cosas como mejor le parecieran, eso me habia enseñado muy bien Malcolm, nunca lo olvidaba.

-Bueno, es incierto saber que pensarán los alumnos y será un poco dificil te debo confesar, porque tu sabes bien, que algunos alumnos han sido criados en el entorno de familias con pensamientos excentricos sobre los muggles y aquellos pensamientos llenos de prejuicios han pasado hacia sus hijos y por tanto algunos tienen aversión hacia lo que tenga que ver como mínimo con el mundo muggle, otros no tanto y otros los ven como mascotas tiernas. Tu deber será educarlos sobre los muggles y estoy segura que lo vas a lograr.
También creo que debes saber que nuestra última profesora de Estudios Muggles salió huyendo de la Academia y ahora sufre un serio problema psicológico, aún la tratan en San Mungo... ah pobre Lucy. Pero descuida, todo estara bien.

Le sonreí jovialmente para infundirle animos.

Suelto una carcajada que después tapo con mi mano.

-Supongo que servirá, ya que en parte utilizaré mi historia, ya sabe, yo también fui una de esas chiquillas que odian a los muggles y que los ven como basura... hace tantos años de eso... -me pierdo en los recuerdos de lo que fue y que nunca más volverá-. Afortunadamente cambié y ahora tengo la oportunidad de hacer que otros cambien... siempre y cuando asistan a las clases -se me prende un foco en la mente-. Hablando de eso y en vista de que hay solo tres que se han apuntado a la lista, ¿qué puedo hacer para que vayan? No puedo cambiar su manera de pensar, si tan sólo asistieran a la primera clase... quizá encontes les guste el contenido de la materia y se animen a ir a las demás. Pero en caso de que no vayan no podré hacer mucho para cambiar su manera de pensar.

-Bueno, la clase de estudios Muggles no es una asignatura obligatoria por lo que no puedo ayudarte demasiado, pero, podrías invitar a los alumnos enviales una lechuza o invitalos personalmente... Tampoco puedo hacerla obligatoria de un momento a otro. Lo siento, margareth.

-Una lechuza, maravilloso -no se me había ocurrido una idea tan elemental, pero bien podria tener otro uso-. Pero por ser estudios Muggle debería ser más bien una paloma mensajera... tengo mucho que arreglar, pero bueno. Gracias señorita Lorelice -me levanto-. Con su permiso, me retiro, tengo algunas cosas que planear y palomas que enviar.