Paseando por el jardín de mi casa... (Alec, Lily Atia, libre. )

Estaba tirado en el suelo del jardin de mi tribu, no tenia fuerzas para levantarme, no tenia ganas para ir a ningun lado, me iba a morir... era muy joven para morir sin siquiera haber conocido el amor... Apreté mi estomago con ambos brazos y me hice ovillo en el suelo.
-Tengo hambre... tengo hambre... tengo hambre... No había comido desde hacia mucho, no sabia a que hora servian la comida aqui, solo sabia que habia una cocina pero yo no sabia cocinar. Me iba a morir, si no fuera porque tenia orgullo me hubiera puesto a llorar.

Me acerqué a un chico que si no fuera por ser un chico hubiera llorado de hambre. Me sentí muy mal, podía morirse de inanición... Yo sostenía unas frutas que había encontrado por ahí, e iba a comérmelas, pero supe que él estaba hambriento así que le dije:

-Tomá, son para vos -... le sonreí, y le entregué mi recolección del día.-

Una voz femenina me saco de mi "agonía" no me habia dado cuenta que habia alguien cerca, debía ser que estaba mas concentrado en el hambre que tenía que no preste atencion a nada mas. Me incorpore lentamente, me estaba dando algo, me pregunté que sería, extendi mi mano derecha buscando lo que me ofrecia, mi mano se topo con algo redondo y frio que era sostenido por otra mano, probablemente la suya. Lo tome y palpe el objeto, era desigual asi que no era una pelota...
-Gracias...-titubee confundido-esto... que es?

-Una fruta que encontré, iba a comerla... pero la necesitás más que yo.

Mi acento era bastante diferente al de cualquier persona de acá, porque yo venía de Argentina, pero bueno, así iban a ser las cosas. Me comportaba como una más, aunque no lo parecía. No conocía a nadie y pensé que ayudando a los otros, hacía algo bueno y conocía así a alguien.

Fruta! comida! rico! Pero... era de la chica, si no hubiera estado tan hambriento no la habría aceptado, sabia una cosa: le devolvería el favor algun día. Me lleve la fruta a los labios y la mordi, era deliciosa y yo era feliz, la comi rapidamente y senti mi hambre calmar.
-Muchas gracias... lamento que hayas tenido que ver esto... pero... aqui no hay comedor escolar o no se donde esta y esa que tenemos es fea! por cierto como te llamas?

Sonreí al verlo sentirse un poco mejor. Me gustaba ayudar a los demás.

-Mi nombre es Aliana... ¿cuál es el tuyo? -le pregunté, amable.-

Sonreí al ver que tenía a Nugget cerca suyo, y ¡como amigo! Qué tierno...


-Yo puedo ser amiga de los dos si ustedes quieren.

Que simpatica chica, era amable y generosa... personas como ella son muy valiosas pues no las encuentras facilmente.

-Por supuesto, a paritr de ahora somos amigos- me tire en el suelo de nuevo boca arriba- ven "observemos" el cielo, hace cuanto estas en la academia.

Al parecer me había chocado al chico más bueno que pude conocer. No se encuentran todos los días personas como él.

-No hace tanto tiempo, ¿hace cuánto estás tú? -pregunté y le sonreí.-

-Hoy es mi primer día... por eso estoy completamente perdido... ni siquiera se si me quedare, estoy evaluando la posibilidad, claro que yo hare todo lo posible por quedarme.

Suspiré.

-Cuentame de ti... de verdad me interesa conocerte

-Qué decirte... ehm... mi nombre completo es Aliana Paulina Sofía Mayer Rivello. Mis padres, Graciela y Hugo , son muy buenas personas y cariñosos conmigo. Mis hermanos, Gabriela Leticia y Lisandro Martín se llevan bien conmigo. Lisandro es mi mellizo, Gabriela es mi hermana mayor. -comencé a contarle mi historia, sabiendo que en él podía confiar.-

Su vida parecia normal, era una chica comun y corriente, no era una psicopata asesina a sangre fria, podia confiar en ella. Su simplicidad me dejo asombrado, era demasiado noble y sencilla que sentia admiracion por esa persona.
-Mi familia tambien es normal como la tuya... porque si nuestras familias son normales comparadas con otras que se la pasan discutiendo sus cosas de la sangre, enseñando a sus hijos a ser magos oscuros o "personas decentes de sociedad" puaj! -me reí y continue hablando... esperaba no asustarla o hartandola- Un mellizo... eso debe ser interesante... yo no tengo hermanos soy hijo unico y debo admitir que es aburrido... cuando era niño no tenia con quien jugar y tenia que inventar mis propios juegos, hasta amigos imaginarios!

Reí al escuchar su comentario, yo también detestaba las personas que criaban a sus hijos, enseñándoles de ridículas maneras de tratar a la gente. Sangre limpia... manchada... ¡todos éramos iguales! Éramos personas, y punto.

-Lisandro me hace bromas seguido, y Gabriela pasa tiempo afuera con sus amigas. Pero a los dos los quiero muchísimo. Hubo un tiempo en cuál me inventé un amigo también imaginario ... ¡adiviná su nombre!

-Se llamaba como vos. -sonreí, por la coincidencia- Alec. Voy a seguir: A mis 7 años tuve mi primer arranque de magia 'involuntaria', cuando Lisan me hizo una broma y me defendí con un hechizo. Mocomurciélago. A mis 9, descubrí que mi pelo cambia de color, y éso dice que soy metamorfomaga o tengo el don de cambio de forma. A mis 11, encontré algo de información sobre ésta escuela y decidí buscar más, y ahora por fín logré entrar.

Me reí... ahora soy imaginario, nunca se me habia ocurrido... podría entrar a lugares prohibidos sin que se dieran cuenta... ¿Dios Alec ya deliras de nuevo?


-Mi primer "truco" de magia fue a los 5 no queria venir a America y me emberrinche y casi destuyo mi habitacion... despues no hubo mas... pero me gustaba jugar con las cosas de mis padres, tomaba sus varitas sin permiso... y cuando accedieron a comprarme mi primera varita me contrataron profesores particulares, despues por coincidencia me entere que habia llegado una carta para mi de esta academia e insisti en venir... no se pudieron negar.

-No teniendo magia en tus venas. Cuando uno tiene magia tus papás no pueden negarte que la tenés, y entonces te mandan a ésta academia para que aprendas a usarla... ¿profesores particulares? -pregunté, curiosa. Mi acento se notaba, no era el mismo que el de todos. Menos era el mismo que el de mi nuevo amigo. -

-Pero si te cuidan, es porque te quieren. ¿Sabés? Empezás a caerme simpático. ¿De dónde viniste a éste colegio? -pregunté, sonriendo alegremente-

-Nací en Italia, pero vivimos en Estados Unidos ahora... de donde eres?

-Nací en Argentina, Buenos Aires. Tuve que viajar de lejos para venir a la academia.

-Se que hay personas de todas partes del mundo, creo que eso hace a la academia distinguida porque si no para que vendrian de tan lejos a estudiar aqui, en Europa hay escuelas de magia...

Me quedé en silencio un rato, se sentía estar bien con una compañia como la de Aliana. Ella tampoco volvio a decir nada mas, entonces se me ocurrio algo para alegrar un poco el ambiente. Le pique las costillas para hacerle cosquillas e inicie una muy divertida guerra.