"La Sombra de la Luna "(Alexia) [Continuación anexa de "Dulce" reunión familiar]

Corrí lejos, más lejos, llevando a la humana hasta un lugar que le parecería seguro, esperaba que fuera una carrera rápida y tranquila, en el camino sin embargo su espíritu alto de guerrera, logró que, cansado de correr por allí con un bulto que me pateaba cada tres pasos, la dejara inconciente de un golpe en la nuca.
Por tanto, al llegar a un nuevo claro, muy lejano al anterior, no me quedó otra que recostarla suavemente sobre un mullido helecho, y sentarme en las raíces junto a ella.
Ahora tendría que esperar que despertara, y mientras los segundos se hacían minutos demorando la hora del primer encuentro, saqué una antigua flauta de los pliegues de mi ropa, una flauta que traía recuerdos de días casi olvidados para mí... Y con suavidad, acariciándola con cuidado, y soplando con delicadeza, logré que mi antigua amiga reprodujera una antigua y bellísima canción. Casi en trance dejé mi yo actual y volví al yo olvidado un papel perfecto basado en una antigua realidad.

[la melodia aaa e ignora la voz...es importante la musica de flauta del fondo]

Los sucesos pasaban delante de mí, rápidos, indefinidos, y cuando creía que estaba a punto de morir, entre la luz cegadora del Patronus y el aturdimiento sentí que volvía a volar frágilmente sin alguna dificultad, pero esta vez la brutalidad de antes había sido sustituida por un tacto delicado y una ligereza, mi “salvador” y yo nos alejábamos a toda prisa, tanta que a nuestros costados solo divisaba un camino borroso de colores marrón y olivo, no podía cantar victoria, podría ser parte del juego y aquel juego no me estaba gustando nada, cada vez nos alejábamos mas, tal vez ya habíamos volado kilómetros, le exigí que me volviera a dejar en el suelo, pero aquel ser desconocido me ignoraba y no se inmutó cuando lo golpeé con ambas manos y pies, de pronto todo se volvió negro…
Sentía mi corazón latir rápidamente y la cabeza me daba vueltas incluso en la inconsciencia, a lo lejos escuchaba un sonido titilante que me invitaba a ir tras el, me envolvía en un sopor de paz, tranquilidad, un sonido traído por los ángeles, melodía que incitaba a bailar, a cantar y disfrutar… ¿es posible disfrutar? Mi respuesta fue afirmativa. Plena melancolía, pero alegre vida entonaba el instrumento celestial, nota tras nota iba creando hasta volverse mas intensa, despertándome de algún pesado sueño doloroso…
Me revolví entre un lecho desconocido e intenté abrir los ojos para encontrarme con la luz del lúgubre claro de un bosque, entre ocultada por el dosel de hojas de los árboles que se alzaban en todas direcciones alrededor… y la música seguía su camino en aquella armonía perfecta; quise sonreír pero las comisuras de mis labios no fueron capaces de formar aquel gesto, sentí como si hubiera olvidado lo que era una sonrisa, no me importó en absoluto, mi vicio era el bello sonido que aún me resultaba tan desconocido y embriagante… incorporándome lentamente sentí el filo de miles de cuchillas descender por todo mi cuerpo, el dolor me recordó que los elfos y su encuentro habían sido reales y ahora, sin entender como, estaba viva, a salvo, sin sabe porque… me abracé el torso con ambos brazos y con mirada desesperada busqué aquella melodía que iba aminorando su sonido, la necesitaba, no podía parar.
Abrí mucho los ojos al ver a otro de aquellos hermosos seres de facciones delicadas y finas, con orejillas afiladas en punta, labios delgados, cuerpo perfecto debajo de la ropa que usaba y que era muy distinta a la que nosotros los humanos llevábamos, pero, este tenía algo que le hacía diferente, parecía tan puro e indefenso cuando tocaba aquella melodía, él era el ángel terrenal que la creaba, sí, a la tenue luz del sol o de la luna saliente parecía un ángel, su piel blanca parecía reflejarse con los rayos que llegaban de algún lugar y de su cabello plateado se despedían destellos que le daban un aura de divinidad.
Asombrada, me llevé una mano a la boca para no soltar algún ruidillo entraño que delatara mi sorpresa, no quería que me escuchara y me encontrara fisgoneándole pero no pude apartar la vista de él, quería conocerle y hacerle tantas preguntas, quería saber quien era, quienes eran los otros, porque estaban ahí si antes no habían estado… otro pensamiento aterrador interrumpió mis torpes cavilaciones ¿si él era uno de ellos?
Empecé a alejarme, arrastrándome lentamente hacia atrás en aquella posición que tenía ahora, no estaba segura si era capaz de ponerme de pie, pero sabía que me descubriría aunque yo fuera lo mas discreta posible, él era un elfo.

La música siguió su curso, tranquila, pacifica... Adentrándome con cada nota en mi ser ya olvidado, dejando de lado lo que era ahora y volviendo al dulce pasado...
Pasado... ¿Podría tener éxito en revivirlo solo exteriormente? sin que me volvieran a atormentar las pesadillas y los malos recuerdos...
Avanza, pequeño soldado, avaza y no pares... Sigue adelante, el camino duele...
Si, duele, es verdad... pero el dolor nunca ha de parar el tiempo, pues el tiempo sigue... Y para ti pequeña alma corrupta, no hay vuelta al pasado. Sólo la ilusión manipulada de lo que una vez fuiste...

Los pensamientos, navegantes a la luz de la luna se vieron interrumpidos por un susurro entre las hojas, pude entrever que mi acompañante había por fin despertado, más, seguí tocando. Ya hablaría ella cuando pudiera, seguramente estaría bastante perturbada.
Observé impasible con mi aliento siendo música a la vez que la musica mi alma, como se encogía en si misma...
Ella no estaba bien, solo era valiente, pero mis sentidos me permitían ver como su frágil corazón puro se resquebrajaba, el antiguo yo no soportaba tal visión, y quise consolarla...
No obstante, parecía disfrutar con mi musica por lo que deje que los suspiros de un alma ya falsa la consolaran en su dolor.
Pero, tuve que tomar cartas en mano cuando vi que sigilosamente intentaba escapar, mis pies danzaron ligeros hasta alcanzarla, y apoyé con delicadeza una mano en su hombro...
-¿Estas bien?- le pregunté, mi voz verdaderamente reflejo angustia de su bienestar... Al igual que mi mirada era limpia... nada reflejaba la abominación que mi interior se ocultaba, peligrosa, maliciosa....
Ella no me respondió, sólo me miró fijamente con esos ojazos cuya belleza exigía una canción de las estrellas, aunque ahora estaban empañados, por rencor y lagrimas que deberían desaparecer...
No dije nada más, hay veces que un acto vale mas que todos los astros del universo, la atraje con delicadeza hacía mi y la abracé consoladoramente... Sabía que mi contacto le resultaría reconfortante y la idea, solo era que ella pudiera librarse de un poco de las penas que pesaban sobre ella.

Mis extremidades ya entorpecidas empezaron a temblar cuando el elfo, en andares gráciles y despreocupados, se acercó a mí, dejándome ver su hermoso rostro mas de cerca y dándome una nueva oportunidad de recalcar lo bella criatura que era, un fantasía grotesca que cobraba vida, era la primera vez que veía uno de ellos en persona, pues comúnmente se encuentran en sus tierras lejanas y desconocidas por el hombre, pero él, era demasiado real y no un sueño, no la imaginación danzando libremente por el mundo cuando tus ojos recorren las páginas de un libro, no estaba segura de cómo lo sabía, solo lo sabía.
Sus ojos azules se posaban en mí, y perdí el miedo a que me aniquilara, me envolvía en su mirada de hielo, hipnotizándome, liberándome de una pesadumbre pero secuestrándome hacia otro suceso incógnito que únicamente sería el destino quien lo definiera todo.
Su voz suave y fina como terciopelo flotó en el ambiente y se combinó con la naturaleza del claro, tal era él que parecía formar parte de aquel entorno donde el alma se guía únicamente por el viento y las estaciones; no advertí peligro alguno en la nota de sus cuerdas bucales, pero mi corazón se encogió dentro de mi pecho, haciendo de su latir acelerado una marcha dolorosa, casi fúnebre.
¿Estar bien? Ya había perdido la cuenta de las veces que me habían hecho esa pregunta y de mis labios salía un si automático, sin embargo, no entendía porque aquel si se refrenaba ahora, que tenía el elfo que me impedía poder mentirle, ¿Por qué me hacía recordar la razón de mis locuras, de mis lamentos silenciosos?
Su pregunta sin más no se refería al estado de mi mente, mi alma, mi corazón… su pregunta debía referirse a mi estado físico, pero aunque me encontraba bien no podía decirlo, porque bienestar ahora tenía un significado diferente.
Callé otorgándole al silencio mi respuesta; deseé ser capaz de que mi orgullo cediera y agachara la mirada cuan frágil animalito desprotegido, pero sus ojos seguían ahí como cristales donde no podía ver mi reflejo lamentable como con todos las demás personas, si no a Alex…
Maldito ángel, maldito elfo…
De pronto sin ser una acción anticipada, sus brazos me envolvieron cálidamente y me atrajo hacia él sobre protectoramente; un grito se ahogó en mi garganta, asustada, alarmada, él no podía hacer eso, no debía permitírselo pero ya era demasiado tarde y cuando quise ceder mi cabeza se hallaba recostada sobre su pecho, en busca del sabor del alivio y la perdición de mis penas, cerré mis manos sobre su capa y de mis ojos escapó una lágrima silenciosa que rodó por mi mejilla, su aura abominantemente buena me hacía regresar al pasado que prefería mantener enterrado en lo mas profundo de mi ser…
Ipso facto, recordé quien era ahora, recordé que ya no podía permitirme tales flaquezas, lo empujé lejos luchando contra mi voluntad para liberarme de su reconfortarte abrazo; tambaleándome logré ponerme de pie y me alejé lo mas que pude de él, sin quitarle la mirada de encima, llegué hasta el árbol mas cercano y me recargué, me limpié el rostro mojado con la manga de mi blusa mientras con la otra mano asía mi varita dentro del bolsillo.
-¿Quién eres? –pregunté inmediatamente luchando para que mi voz traspasar el nudo que estaba en mi garganta- ¿Por qué… me ayudaste? ¿Qué es lo que quieres? Y no te atrevas a acercarte… o… te juro que no mostraré la misma debilidad que con los otros…
No volvería a confiar en extraños que dicen ser buenos… el mundo entero miente, tanto alamas humanas como no humanas se envuelven en la corrupción, sus corazones antaño puros se pudren por las ambiciones… se vuelven seres con un juicio que busca la grandeza propia e ignora al prójimo… ¿Qué es la maldad? ¿Qué es la bondad? ¿Existen?

El actor que ahora se posaba sobre el escenario la miró apenado, el podía saber cuando dolor sentía ella por dentro, cuan destrozada su alma estaba...
Más su verdadero ser sintió casi admiración por esa chica que sabía que en nadie debía confiar... Lamentablemente, no la dejaría ver jamás cuanta razón tenía...
El actor ahora era yo y yo era ese ser cuya alma pura casi repugnaba a quien había creado de mi.
Observé, estático cual estatua de hielo, como la chica se recostaba contra un árbol, avancé sólo dos pasos hacía ella, y entonces desvié mi mirada al cielo...
-Las estrellas sufren con el dolor de un alma pura, el blanco no debería ensuciarse... y las penas amargas no deberían consumir el alma- dije quedamente, casi como si estuviera hablando para mi mismo...
Volví mi vista a la chica nuevamente y sonreí con ligereza, intentando dar el consuelo que ella tanto aseguraba no necesitar.
-Mi nombre es quizás muy largo para decirlo completo, pues el nombre de una persona es todo cuanto a sido, y yo he sido muchas cosas en mi existencia... pero, me llaman Kouran... ¿Y... necesitaba motivos para salvarte? ¿Tu habrías soportado ver tal abuso y no hacer nada al respecto? - fruncí el seño...
- Yo solo no podía dejar que te hicieran nada, aunque ya te estabas defendiendo muy bien por lo que vi- le sonreí amistosamente... Entonces a pesar de sus advertencias me acerqué y deposité un suave beso en el dorso de su mano.
-¿Y me podría permitir usted doncella de alma blanca saber cual es el nombre por el que la llaman?- la miré a los ojos, hundiéndome en ese cielo de calida primavera.

Seguía observándole, era imposible no hacerlo.
La varita temblaba dentro del agarre de mi mano, pero me conocía capaz de mantener toda fortaleza para no flaquear ante la extraña criatura que él era; además de seguir observando minuciosamente cada detalle suyo, estaba alerta a cualquier clase de movimiento que hiciera, blandí unos centímetros hacia arriba la varita cuando avanzó cautelosamente hacia mí.
No hizo nada más.
Una fugaz sonrisa de su parte iluminó el claro, cuando sonreía su hermosura ya casi inadmisible aumentaba, y de nuevo, su voz suave, como el murmullo relajante de un arrolló rompió el silencio y rompió mis cavilaciones.
El tiempo se detuvo al igual que los palpitares de mi corazón; me estremecí bajo el beso delicado que depositó sobre mi mano, incapaz de arrebatársela me quedé paralizada esperando a que terminara su perorata elfica, y aunque conmovedoras me parecieron sus palabras no hice ningún acto de inmutación, pero, interiormente el elfo que hacía llamarse Kouran me había hechizado, me había envuelto en la blancura de su ser y me reconfortaba poder estar cerca suyo pese a mis deseos de salir huyendo para no tener que enfrentarme en un solo momento, inesperada e intrépidamente a mi presente, mi pasado y mi futuro.
-Que las estrellas no sufran lo que no les corresponde, ni diamante mas valioso puede hacer brillar una habitación oscura; al igual que el blanco no debería ensuciarse, otra alma no tiene derecho a cargar con el dolor ajeno, pero, son naturalezas, no se puede ir en contra de ellas.
En el fondo de sus ojos, que eran como un par de lagos cuya agua clara, limpia… sin mancha, reflejaba todo lo que en ellos se asomaba, y allí estaba yo…
¿Y quien era? Eso quería saber él.
-La sociedad mágica me llama Alexia Maysonet-dije con el orgullo que no sentía. –y para los que se llaman mis amigos soy Alex.
Esbocé una sonrisa torcida e irónica al mismo tiempo que hacía una semi-reverencia para corresponder a la formalidad que usaba, lo habría encontrado romántico en las antiguas novelas ingleses que escribían los muggles, las cuales me gustaban, y me enamoraban perdidamente, por ejemplo, amaba la cortesía y seriedad del Señor Darcy para con Elizabeth Bennet, pero, aplicado a la vida real me parecía una simple y mala imitación de las sociedades antiguas, todo el mundo miente y se acoge bajo una máscara, sin excepciones, aunque él era un elfo cuyas costumbres yo no conocía, tal vez estaba siendo grosera y aunque era “otro mas” me encogí de hombros en forma de disculpa.
-Tal vez tampoco hubiera sido capaz de soportar ver como terminaban con una persona… tan patéticamente, pero no deberías haberlo hecho… de todos modos gracias, Kouran, ahora me despido, lo mas prudente es que regrese… Adiós, Kouran.

Mi rostro automáticamente se entristeció a su replica...
Tomé su mano entre las mías, y allí se quedo unos momentos, calida, emotiva... suave. Pero tenía que decir algo de no querer que se fuera, en parte porque eso obstaculizaría mi misión, y en parte porque aunque no lo admitiera, aquella doncella tan controversial que era a la vez dulce como el rocío del amanecer y firme como roble me admiraba, en una fibra que ya no creía existente.
- ¿No puedes quedarte por favor?... yo... he viajado mucho tiempo sólo, y disfrutaría de un poco de compañía... no pido mucho, no es necesario que hables, la luna nos hará compañía y la melodía de mi aliento con su plateada compañera llenará los silencios, tan solo me gustaría dejar de sentir por pequeño momento, la amarga soledad que llevo encima... ¿Podrías Alex hacer compañía a este forastero?- le pregunté seriamente sin apartar mi mirada de la suya, entendí en ese momento incomprendido porque me resultaba tan fascinante su mirar...
Sus ojos eran como un calido lago durante un verano, serenos, pacíficos, complejos, dulces....
Los míos eran un glaciar, estaban congelados y ya no sentían, expresaban poco y bajo su límpido celeste....el agua se hallaba turbia, oscura y llena de criaturas extrañas...
Y por un momento...quise solo ser un día de invierno, olvidar el sufrimiento, y de verdad disfrutar unos momentos de calma junto a Alex, volver a lo que era... Y sonreír desde el corazón una vez más, tener posibilidad de tan solo una sonrisa mas...
Aunque mi arsenal ya se hubiera agotado

Silencios y miradas intercambiadas mientras el tiempo pasaba; lento o rápido, pero seguía su curso hacia delante.
Así como él no dejaba de mirarme directamente a los ojos, yo tampoco podía dejar de verlo a él; había algo en el elfo que me provocaba un intenso frenesí... sus ojos, su mirada tan fría y suave como el hielo en el recien entrado invierno, esa voz dulce de terciopelo que derretía la gelidez de su mirar y le volvía el ser mas puro y deseable.
Al tacto cálido se sus manos tersas me estremecí, teniendo la sensación de que una descarga eléctrica me recorría de pies a cabeza y los nervios ya casi calmados volvieron a salir a la superficie, temblé como si el tenerlo cerca me provocara pavor.
Allá fuera del bosque las aguas del mar se tranformaban en un pacífico espejo que reflejaba el cielo nocturno y los rincones de Death Island se volvían peligrosos (si es que no lo eran ya antes), aquí apenas podía divisar entre las altas copas de árboles que había anochecido rápidamente y la plateada esfera lunar estaba sobre nosotros.
-No debería hacerlo, es tarde, tengo que volver.-titubeé reclamando mi mano para salir huyendo en el momento preciso.
Negué con la cabeza por si acaso mis palablas no habían sonado del todo claras; no estaba bien que me quedara ahí con un auténtico extraño, pero en el fondo, muy en el fondo de verdad deseaba probar aquella libertad que él, Kouran me ofrecía en charola de plata, sonaba profundamente hermoso cuando lo decía, la luna no era solo luna, el bosque dejaba de ser unicamente un bosque, él tenía la habilidad de hacer que pareciera que de verdad poseían vida propia.
Clavé una vez mas mis ojos en los suyos y se me antojó volver a ser imprudente, en fin, ¿Que importaba ya? Nada.
-De... de acuerdo-suspiré- pero no será por mucho tiempo, este lugar es peligroso para mí y las imprudencias tienen un precio muy alto; he de advertirte que no soy la compañera mas fiable en estos momentos y que la soledad es mas placentera que yo-me reí amargamente entre dientes-tienes un poco de mala suerte, entre todas las humanas viniste a toparte conmigo.

Alexia hablo pasivamente, una gota de nervios consumía su expresión, y una dulce sonata pasiva hablaba de su sufrimiento.
Del dolor que la desgarraba, tan profundo, que incluso mi esencia acostumbrada a todo tipo de martirios dolió, dolió cuando pensé que el dolor ya no me alcanzaba.
Alexia levantó su rostro levemente soltando una carcajada amarga, amarga como el agua pantanosa, tan contraria a lo que me decía su dulce mirar, que hacía evidente su falsedad.
Lentamente me alejé, estar cerca de ella resultaba demasiado tentador, tentaba oscuramente a la criatura que habitaba dentro de mi, llevándola, arrastrándola lentamente a ensuciar su pureza, aumentar ese dolor exquisito, poderoso...
Por un momento pensé en realmente hacerlo, luego podría disculparme con madre... Si, luego me disculparía...
Entonces lo vi.
...Una lagrima de luna...
Su piel, tan pálida... perfecta, recibía el encantador resplandor de la luna, y en la penumbra de las sombras, realmente parecía que por sus suaves mejillas. Que por la cremosa palidez, de expresaran las inexpresables lagrimas de su corazón, lagrimas de sangre tomadas en luz.
Antes de poder dar un paso... Fui totalmente transportado. Los recuerdos me inundaron, llevándome, embriagándome, dañándome...
Y la dulce brisa, fría y congelada brisa, trajo a mis oídos una voz del pasado... voz del pasado.

- ¿Sabes? Siempre me han gustado sus cantos, la luna parece más feliz cuando cantan para ella-
- ¿Feliz? ¿Es que acaso no esta siempre feliz la luna?-
-No, yo pienso que ella sufre, su melancólica luz, ella llora por nosotros, al igual que el sol sonríe por nosotros, mas, siempre he pensado... es más difícil la labor de la luna... Tan solitaria, sufriendo lo que sufre el mundo... Es por eso que siempre he querido tener para mi una lagrima de luna...- su vestido blanco ondeó cuando ella se levando, girando traviesamente por el claro.
-...Lagrimas de luna...
¿Sabes cuanto la luna sufre?
Puedes guiar el dolor fuera de la luna...
¿Pero puedes lograr que la luna deje de sufrir?
¿Puedes lograr que el mundo tenga la paz por la que ella llora?- su voz recitando era una dulce melodía, y más dulce se volvió al ser adornada con una hermosa sonrisa y la mirada directa de sus ojos, sus cristalinos ojos..
-¿Y tu que crees príncipe Kou? ¿Podremos algún día lograr que la luna deje de sufrir?-

Aquel día, profundamente penetrado por su franca y penetrante mirada había contestado que si, algún día juntos lograríamos que la luna dejara de llorar...
Ahora sabía la verdad. Había mentido aquella noche como ahora engañaba a esta hermosa humana, La luna nunca dejaría de llorar, el mundo estaría por siempre hundiéndose en su propia corrupción, el sufrimiento no acabaría.
Las nubes de lluvia no son blancas, un corazón sucio no puede amar.
y las lagrimas de luna expresarían por siempre, sobre las mejillas de alguna doncella... Los dolores de un corazón atrapado...

Mi mirada seguía en la de Alex cuando sonreí... Levanté mi vista a la luna y le sonreí, volví a mirar a Alex...
-¿Sabes Alex que la luna esta llorando? igual que tu corazón- murmuré apenas dando a escuchar mi voz... entonces lleve la flauta a mis labios y la melodía se deslizó... Suave armoniosa, inundando el claro, claro de luna...
...Lagrimas de luna...

Las palabras del elfo Kouran se perdieron en mi mente en forma de pensamiento y su voz de príncipe de los cielos se ahogó en su música, en las notas de esa preciosa melodía suya que hacía danzar mis pensamientos como si por el viento que recorría interiormente su flauta fueran llevados, combinados y unidos por la misma armonía feroz
Seguí con la mirada clavada y perdida en aquella esfera plateada, en la hermosa y melancólica Luna...

"La luna llora igual que tu corazon"

Un estremecimiento recorrió mi cuerpo negando a que su afirmación fuese verídica... si Luna llora no significa que yo también... pero a mi pesar tenía razón, lloraba interiormente, un llanto silencioso que me consumía día a día y que por las noches cobraba vida en forma de pesadillas, un llanto compartido entre un alma vacía y un corazón destrozado. ¿Como podía el percibir eso?
En mi fuero interno burlé sus expresiones que de sentido común carecían, se me antojaban absurdas por el simple deseo de mi orgullo, por mentirme a mi misma a llamarme fuerte cuando era tan débil como una rosa en pleno invierno, congelada por la felidez despiadada de la brisa invernal, destrozada por una naturaleza superior queriendo matenerse firme sobre la mortal capa de nieve...
Desglocé su metáfora rindiéndome a mi obstinación y abriendo una brecha sobre mi mente para ser capaz de percibir los secretos del pensamiento élfico. Pude verme reflejada en su brillante luz plateada como si fuese un grandioso espejo que no refleja solo la apariencia física... identificada con ella.
-Pero el corazón de la luna acaso llora por la misma razón que mi corazón?-pregunté en voz alta y escuche el eco de mi voz propagarse por el claro pero apartada de la cancion celestial.
-¿Qué le sucede a ella?

Una voz que provenía del pasado, de los tiempos de mi niñez, vino repentinamente... cuando mi tío me contaba una hermosa leyenda de amor...

"Cuando el SOL y la LUNA se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor..."

-¿Que es el amor?-había interrumpido en aquel entonces haciendo una mueca de confusion.
-Lo entenderas mas adelante... no seas impaciente

"Sucede que el mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque final ...¡el brillo!"

"Quedó decidido también que el SOL iluminaría el día y que la LUNA iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados."

"Les invadió una gran tristeza y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían... LA LUNA fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose solitaria. EL SOL a su vez, había ganado un título de nobleza "ASTRO REY", pero eso tampoco le hizo feliz."

"Tú, LUNA, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías."

"En cuanto a ti, SOL, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionaras calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices. "

"La LUNA se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente...y el SOL, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejar abatirse más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido."

"Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él : Señor, ayuda a la LUNA por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad...Y Dios...en su inmensa bondad... creo entonces las estrellas para hacer compañía a la LUNA."

"La LUNA siempre que está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen."

"Hoy , ambos viven así....separados, el SOL finge que es feliz, y la LUNA no consigue disimular su tristeza."

"El SOL arde de pasión por la LUNA y ella vive en las tinieblas de su añoranza."

"LUNA y SOL siguen su destino. Él, solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil."

"Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos."

"Nadie jamás consiguió traerla hasta la tierra, nadie, realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron."

-¡Que Drama!-exclamé desesperada porque aquella historia no tuviera final feliz como todos los cuentos de hadas
-Alex deja de interrumpir-me dijo Jackosn casi desesperado
-Ok...-rode los ojos

"Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la LUNA y el del SOL... "

"Fue entonces que Él creó el eclipse."

"Hoy SOL y LUNA viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta, sucedan."

"Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el SOL cubre la LUNA, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse. Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor. Tu ya sabías que en la tierra existían sol y luna... y también que existe el eclipse.... pero esta es la parte de la historia que tu no conocías..."

-Wooooh que lindo!!!-terminé por admitir-yo me quiero enamorar de un sol, quiero conocer el amor... parece que es lo mas bonito del mundo
-Lo conocerás mi pequeña Alex-dijo dándome un beso sobre la frente...

Ahora sabía o pensaba que el amor apestaba y que simplemente no había sido hecho para mí. Mi sol se había extinguido y se había convertido en un titán que deboraba cada una de mis añoranzas...

-¿Llora por amor...? ¿Algún día dejará de llorar...?

Miré un instante mas a Kouran hundido en su música que seguía presente y alegraba la noche, luego miré a la luna y sonreí innevitablemente.

-Tu música le gusta creo... a mi también... es como si por un momento, aunque corto sea eres capaz de brindarle un poco de paz... y junto con las estrellas ésta la acompaña consolando un poco sus penas...

Sus palabras se colaron en mi pecho ocasionando en su interior la tormenta, dejando caos en el, trayendo a el recuerdos que ya no quería para sí, ya no más... Pero ¡Dios! Sus palabras eran tan parecidas…
Levanté mi mirada observándola casi con calidez en ella, y notando detalles que antes no había percibido, o... no había querido percibir... Ella era... Muy parecida a la doncella del pasado, aquella que atormentaba mis recuerdos, aquella que había sido la perdición de mi camino.
Y aun cuando luego de todo lo sucedido, debía de haber odiado su simple recuerdo, un tranquilo sosiego me inundó, alivio... Me dije a mi mismo que ahora iba a fingir, fingiría para ganar la confianza de la doncella, fingiría por mí y no por ella.
Pero en el fondo, mi corazón mi alma, e incluso mi mente, sabían que en realidad no fingiría. Pues aun dentro de mí vivía el antiguo cariño, que esta chica con su sincero dolor y su clara mirada me traían de vuelta...
Llevaba tanto tiempo sin sentir.
Me acerqué lentamente a Alexia dejando sólo el eco de la música para llenar el silencioso claro con su presencia acústica. Me incliné a su lado y limpié con cariño una lágrima que había escapado de su celestial y expresiva gema.
-Si la luna se siente más alegre con mi música me siento feliz de que así sea, e incluso prometo venir cada día y dedicarle canciones hasta que por fin su resplandor sea uno feliz... ¿Y sabes bella Alexia? Pienso que aun sin hacer aquello algún día la luna será feliz, no hay amor que terminé amargo, porque al fin y al cabo es un sentimiento hermoso... El corazón desgarrado siempre podrá curar, la alegría volverá.... Es sólo que a veces el destino tiene motivos que no entendemos, que ni la luna en su poder entiende, y sobre todo... Muchas veces somos incapaces de comprender, los verdaderos motivos de quien nos ama- antes de que me dijera nada la volví a abrazar, dejando que lo mejor de mi presencia la consolara, la purificara... Era tan injusto sufrir por amor.

Ya el cielo se mostraba en su completa oscuridad, una manta negra que cubría el bosque con un frío abrazador y que, únicamente las estrellas y la luna le iluminaban sirviendo también como bello adorno al firmamento, elegante y sofisticado, simplemente hermoso, me gustaba tanto el cielo en su penumbra mas entrada, en la soledad era una dulce compañía, aunque ahora no estaba sola la pasibilidad era la misma, Kouran no emanaba de él la misma especie de “aura” que el resto de los humanos.
Aquella oscuridad y también el olvidado silencio, me llenaban de sensaciones encontradas, entre el odio, la tristeza y la nostalgia resurgían los sentimientos que creía se habían perdido entre los escombros de mi corazón.
No pude negarme o mas bien resistirme a su abrazo, no tenía la capacidad de rechazarlo, me volvía tan vulnerable a él, llevada por un curioso instinto o tal vez hipnotizada en su presencia y él era un ser cuya pureza inspiraba confianza, me atraía como un imán en un fuerte campo magnético, sin embargo el abrazo no fue devuelto, me quedé estática entre sus brazos cálidos con los pensamientos perdidos en sus palabras que se desplegaron enrolladas entre la música a través del claro en forma de profundos ecos misteriosos pues así era el elfo Kouran: un misterio.
-No importa ya-dije ausente y seca con la mirada perdida en un punto de la penumbra formada entre los árboles que al claro rodeaban- ahora pertenece al pasado.
Me liberé de su abrazo e incomodada me alejé hasta el otro extremo, estaba agotada, un largo día, parecían haber pasado días, meses... incluso años; me senté en el suelo recargada contra el árbol cerrando los ojos de cansancio; entre la oscuridad de mi mirada se dibujaron las siluetas rebosantes de belleza de los elfos oscuros, sus miradas y sonrisas sádicas…
Abrí los ojos de golpe como si despertara de una terrible pesadilla.
-Tu… ¿Qué haces aquí? –Le pregunté refiriéndome obviamente a su presencia en Death Island- ¿Y ellos, los otros elfos? La verdad no creo en las casualidades y ninguno de ustedes había estado aquí antes.

Me reí quedamente, la estancia de las estrellas se hacía mas corta esta noche terminal, y la luna tendría que volver a esconderse de su amado, aunque hubiera querido hablar de los asuntos que me Traian no era el tiempo de hacerlo... Miré a la lejanía, mi mirada perdida en un horizonte...
-Hay conocimientos aun no necesarios dentro de tu mente, el tiempo de saber no ha llegado, pero pronto un nuevo encuentro te traerá las respuestas...- Sonreí de lado mientras ladeaba mi mirada hacia alexia, levanté una mano y la apoyé contra su mejilla, deslizando suavemente mi meñique sobre la tersura de su piel.
-Tengo que partir, pero no te diré adiós... Las estrellas dicen que este encuentro con la Luna no será fortuito... Luego volveremos a vernos doncella de la luna- entonces sólo dedicándole una ultima mirada a sus hermosos ojos azules me desvanecí en el aire, reapareciendo donde mi madre terminaba su labor con Ludwig, en realidad tenía pena de él... Pensé mientras me alejaba, la muerte le llegaría antes de que su amada entendiera todo el sacrificio que el hacía por ella... una lastima...
Una verdadera lastima...

Ninguna de mis dudas había sido resuelta aquella noche, si no todo lo contrario, habían sido aumentadas; el paraje bello de la noche se llenó de incertidumbre y el misterio fue nuevamente dueño de lo percibible dejando a su paso, como las guerras dejan destrucción, un sinfín de respuestas falsas y teorías ocurrentes.
Sentía una calidez solar recorrer mi cuerpo cuando las caricias delicadas del elfo Kouran se aposentaban sobre la piel de mi rostro, su mirada me decía que era la hora de irse pero no quería que él marchara, su compañía satisfacía mi soledad, me había agradado conocerle esa noche y el hecho de que terminara tan pronto me desagradaba.
—Espera… —balbuceé temerosa de que el tiempo no me alcanzara— ¿Cuándo te volveré a ver? ¿Dónde…?
Cerré mi mano para detenerlo pero antes de que pudiera notarlo el elfo se evaporó en el aire como una voluta de humo, había desaparecido dejando tras él solamente un recuerdo semi-agradable.
Solté un suspiro de desasosiego, sintiendo por primera vez la soledad amarga que rodeaba el bosque de Death Island y su silencio tortuoso penetrando todos mis sentidos sensibles trayéndome otra vez la amargura que abnegaba mi vida en esta etapa de melancolía.
Me recosté sobre el suelo mirando las escasas estrellas y la pálida luna que apenas eran visibles por la maraña de alto árboles; lentamente un par de lágrimas se escaparon de mis ojos precediendo a otras más hasta volverse un llanto silencioso en medio de un bosque oscuro…

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